Capítulo 24: Obsesionado conmigo

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—Creo que deberíamos estudiar —murmura Jungkook, acariciando la pierna de Taehyung. El antiguo castaño alza la cabeza, arrugando las cejas—. ¿No?

—Un minuto más —pide— Siento que la cabeza me explotará si vuelvo a leer la potenciación a largo plazo neurofisiológica.

Para los últimos exámenes rendidos había estado estudiando con Taehyung. El método de ambos era extremadamente diferente, pero funcionaban juntos. Jungkook leía libros y destacaba información con plumones demasiado fluorescentes, para después explicar a uno imaginario niño de doce años todo lo aprendido hasta el momento. Taehyung era memoria, lectura y esquemas demasiado desordenados, con muchas líneas interconectando globos de información. Y, algo que el pelinegro nota, es la manía del chico de usar lapiceras de color rojo para escribir todo.

—¿Por qué no podemos quedarnos acurrucados todo el día? —pregunta Jungkook, veinte minutos después de volver al estudio.

Taehyung alza la mirada desde el texto a Jungkook y libera un sonoro suspiro.

—Porque decidimos el camino más terrible de todos —replica con cansancio.

Vuelven a los estudios durante unas horas. Jungkook aprovecha la oportunidad de tener al mejor de su generación y, probablemente, de toda la facultad para hacerle cada pregunta que nace en su mente respecto a la asignatura. Taehyung replica cada una de las dudas del chico, dibujando esquemas en uno de los ventanales del apartamento para explicar de mejor forma sus puntos. El pelinegro escucha atento, esbozando tontas sonrisas de enamoramiento por la inteligencia del chico. Era anonadante escucharlo hablar con tanta pasión de temas que solían ser tediosos para otros.

—Espero que nunca decidas hacer cátedras, porque tendrás a todos enamorados. No quiero estar a los treinta años peleando con niños de primer año —bromea Jungkook, mientras lleva su tazón de café a los labios.

—No te preocupes por eso. Eres la única persona menor que yo que me podría gustar —replica Taehyung, dibujando mapa mental de algunas rutas anabólicas del ciclo de Krebs para comprender mejor los metabolismos de ciertas bacterias.

Jungkook arruga el entrecejo, confundido pero halagado a la vez.

—En ocasiones olvido que eres mayor que yo —admite el chico.

La mirada de Taehyung cae rápidamente en él, para decir:

—Y el alzhéimer me respira en la nuca.

Jungkook observa con preocupación a Taehyung, al no saber si dice la verdad o una mentira. La seriedad del chico solía confundirlo en ocasiones. Traga con incomodes, porque, a pesar de que le causa un poco de gracia el comentario, no quiere herir sus sentimientos en caso de que sea real. Aparte que el chico cuenta con familiares con esa patología, por lo que...

—Es una broma, puedes reír —aclara Taehyung. Jungkook suelta un suspiro al liberar la tensión en su cuerpo. El contrario esboza una sonrisa burlona—. Hubieras visto la expresión de pánico en tu rostro. Fue fenomenal —señala con una expresión de pillería en el rostro.

—No eres gracioso —murmura Jungkook, refunfuñando.


[...]


La mejor parte de sus nuevos días con Taehyung es despertar a su lado en las mañanas. A pesar de que el chico no puede quedarse en su apartamento todos los días, por las tareas que debía cumplir en su hogar respecto a su abuelo, lo mantiene —a base de miradas manipuladoras— tres noches a su lado. Tres mañanas despertando al lado de él. Tres noches peleando por la manta. Tres noches recibiendo patadas en las costillas del mal dormir de su falso —casi real— novio.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora