Epílogo

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Casi un año después:


Jimin 16:00

¡¿Vieron el nuevo cambio de los resultados de excelencia académica?!

Taehyung deja el móvil en la mesita de noche mientras arruga las cejas con confusión. «¿De qué cambios habla este idiota», se pregunta. Con la punta de los dedos, toca el sereno rostro de su novio, quien duerme aferrado a su cuerpo. Jungkook se remueve refunfuñando adormilado, pero no despierta.

—Amor —susurra con dulzura.

El pelinegro abre los ojos lentamente, frunciendo el ceño al ver la gran cantidad de luz que entra al cuarto. Observa a su alrededor, como si buscara algo, pero se olvida rápidamente al ver a su novio.

—Hola —la voz de Jungkook suena áspera por la cantidad de horas sin uso—. ¿A dónde vas tan lindo?

Taehyung suelta una risa nasal mientras niega con la cabeza.

—No lo sé —replica con diversión—. ¿A dónde crees que pueda ir con este pijama de corazones?

—No lo sé —susurra Jungkook—. En mi corazón ya estás, y no se me ocurre otro lado.

El chico estira sus labios, buscando fundirse en un beso con el pelinegro, pero unas patitas raspan las la puerta y posteriormente vienen los ladridos.

—¿Por qué señora Mitocondria debe levantarse tan temprano? —gruñe Jungkook, escondiendo su rostro en el cuello de Taehyung.

—No puedo creer que le hayas puesto ese nombre a nuestra hija, Jungkook —comenta Taehyung entre risas—. Aún recuerdo las carcajadas escandalosas de Jimin en tu cumpleaños.

—Somos biólogos, Taehyung —replica el pelinegro con diversión—. Y la mitocondria es vida para los biólogos. Ella es nuestra vida.

En el cumpleaños número veintitrés de Jungkook, la madre del chico llegó con una caja envuelta en papel de regalo y un hermoso listón rojo. Todos los presentes quedaron sorprendidos al ver el gran obsequio, incluso Tae-moo, quien se carcajeó abiertamente al ver la poca diferencia de tamaños entre el torso de la ex-mandataria del país y la gran caja. Rápidamente esa sorpresa se transformó en gritos de emoción al ver una pequeña, casi minúscula perrita salchicha salir de un canil. Jungkook solía decir que el primero de septiembre —día de su cumpleaños— fue cuando dió a luz a su rayito de sol llamado Mitocondria. Kim Mitocondria, solía decir Taehyung, el otro padre de la criatura.

Y ahora esa ya no tan pequeña criatura buscaba desesperadamente la atención de sus padres.

—Quiere orinar —murmura Taehyung bajito, para que Mitocondria no los escuche—, o está reclamando porque anoche no durmió aquí. ¿Por qué no la dejaste dormir con nosotros? —indaga con indignación.

—Porque hicimos cochinadas.

Taehyung rompe en carcajadas por la respuesta de su novio.

—¿Comer alas de pollo mientras vemos películas demasiado malas es hacer cochinadas?

Jungkook asiente de inmediato.

—Por supuesto —dice Jungkook con diversión—. Mitocondria no puede ver esas actuaciones terribles, y recuerda todas las veces que nos ha robado comida y después debemos llevarla al veterinario. Así que encuentro que tuve toda la razón al dejarla acostada en el sofá de la sala de estar.

—Eres un padre tan responsable —replica Taehyung con inexpresividad—. El tema ahora es... ¿Quién la sacará a orinar?

Jungkook cierra los ojos mientras suelta un fingido lloriqueo.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora