Capítulo 35: Incompletos

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Es el cumpleaños de Taehyung. Lo sabe porque está anotado en cada calendario a su alrededor. Lo sabe porque lo anotó en su cabeza como una de sus fechas más importantes. Pero habían pasado cuatro días desde que algo se volvió delicado entre ellos. Cuatro días sintiendo que su relación cuelga de un hilo tan delgado que tan solo con un suspiro o una palabra se corta. Y no lo entendía. No lo entendía, a pesar de pasar cuatro noches en vela pensando.

¿Qué había pasado?

Estaban tan bien.

Unas imágenes dolorosas de ellos dos vuelven a pasear por su mente. Sus manos paseando por el cuerpo de él. Su boca besando cada rincón de su piel. Sus gemidos. Las palabras. Sus regalos. El amor.

No lo entendía.

Y se negaba a pensar que todo había terminado.

Hace uno de los asquerosos tés que Taehyung ama beber tan sólo para sentir su presencia en el apartamento.

Lo extrañaba.

Una parte de suya no se encontraba completa sin él.

Observa el agua caliente teñirse del color amarillo y libera un suspiro de tristeza mientras lágrimas bañan sus ojos. Se mueve hacia el sofá de cerdo y nota el desorden a su alrededor. Se negaba a acostarse en su cama, porque el aroma de Taehyung seguía ahí. Su presencia estaba en todos lados. En cada rincón de su apartamento se encontraba con él. Y más dudas nacen en su mente.

Su móvil vibra.

Es Jimin.

Lo sabe sin siquiera revisar.

No contesta.

Se recuesta en el sofá y cierra los ojos para dormir un poco. No puede. Fija su mirada en el cielo del apartamento. Se hace demasiado consciente del cansancio en su cuerpo, pero decide ignorarlo. ¿Cómo se iba a preocupar de eso si Taehyung no contestaba a sus llamadas? ¿Cómo iba a pensar en lo agotado emocionalmente que se encontraba si su otra mitad no le llamaba?

Cierra los ojos y más lágrimas se escapan.

Su móvil vuelve a sonar.

Es Yoongi.

A los minutos vuelve a sonar.

Es Hoseok.

Así eran sus días desde que lo dejó en el portal de su casa mientras sentía que algo se rompía entre ellos.

Duerme un poco.

Despierta cuando la oscuridad baña la ciudad.

Observa su móvil y no se sorprende al ver casi cincuenta llamadas de sus amigos, pero ninguna de él. Espera que las margaritas que le envió le hayan llegado. Espera que haya comido pastel, por que eso había planeado para celebrar el nacimiento de la persona que se volvió incondicional en su vida. Espera que haya sonreído tan solo un poco.

Enciende la televisión para distraer un poco su mente de las imágenes que llegan. Cambia los canales casi con desesperación, porque todo lo que ve le recuerda a él.

Todo.

Todo.

Estaba en todos lados.

Lanza el control remoto hacia algún lado del apartamento y siente como algo se quiebra, rompiendo el silencio del espacio, pero no le interesa.

Vuelve a dormir.

Al despertar es día nuevamente.

El último día del año.

Amor en tiempo de elecciones | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora