La Leyenda de Papillon

CAPÍTULO 23 - EN HONOR A UN PADRE

Dextroneus: Gautier (Mon Kosov)

Rumsey y Gabriel se miraban fijamente, sin parpadear, la enorme esfera que los rodeaba destellaba energía blanca y pura, por unos segundos, que parecieron minutos, ningún hechicero hizo movimiento alguno, en sus vidas, Gabriel y Rumsey habían ganado muchas batallas, pero no siempre había sido contra enemigos de este nivel, uno sabía que el otro guardaba un gran poder, por lo mismo, quien ganara aquí tendría que utilizar la cabeza antes que la fuerza.

Rumsey hizo chocar sus manos que se cargaron de una energía blanquecina que posteriormente inundó su cuerpo, era el poder intenso del Sutol en su ser, Gabriel hizo un movimiento parecido, un bastón con incrustaciones de oro apareció de repente, pero más que un arma, parecía que era un bastón que se utilizaba para apoyarse. Finalmente, Rumsey hizo el primer movimiento, después de llamar un conjuro, la energía explotó contra Gabriel.

- ¡Intensidad del Sutol! – gritó el Chamán, una energía ardiente salió despedida hacia el mago Gabriel, el cual con un veloz movimiento las esquivó, pero Rumsey esperaba aquello, por lo que levantando sus manos, el ataque también daba vueltas para volver a buscar a Gabriel, aunque el mago esquivaba una y otra vez, la energía hizo otro truco, se disperó para tomar a Gabriel por diferentes direcciones, el mago no tuvo a donde escapar y el ataque cayó encima de él.

No muy lejos de ahí Gautier continuaba su camino junto a Alice, el lastimado Jake y un medio despierto Yun.

- Lo que le ha pasado a Gabriel ha sido culpa mía – dijo Gautier deteniéndose, recargando a Yun en un árbol que parecía respirar con dificultad.

- ¿No lo entiende? – dijo Alice molesta – ese mago fue quien le dijo a Adonis cuando debía matarme.

- Y todo fue parte de un plan Alice, necesitábamos que comenzaras este viaje lo antes posible, así podríamos poner algunas cartas dentro del juego sucio de Adonis.

- Padre por favor, me duele demasiado lo que Rumsey hizo por nosotros, no podemos fallarle, no me pides que confíe en ese sujeto. - decía Alice con dolor.

Al escuchar la palabra "padre" llegó a Gautier un recuerdo mucho más viejo que los últimos que había experimentado, un recuerdo de una guerrila hace unos 17 años.

Por aquellos días había iniciado el caos en todas las ciudades de Nomaudie, Gautier servía al alto señor que quedaba en el viejo castillo de los reyes antiguos del reino, al estar en los finales de sus cuarentas, Gautier era un guerrero experimentado y habilidoso, ese día se preparaba el último ataque, un ataque contra las cabezas de la rebelión en la región.

- ¿Estás nervioso? – le decía Isaac, un hombre diez años más joven que él, considerado el alto señor de Nomaudie, heredero de la vieja corona del reino, antes de la llegada de Adonis, Gautier había servido muchos años a la familia real, y ahora peleaba al lado del dirigente de la batalla.

- En realidad, estoy emocionado – decía Gautier con una sonrisa – es muy probable que si ganamos esta batalla, podría ser la última, y deseo de verdad que todo esto termine. La guerra es algo que no necesitan los Mundos Gemelos.

- Tú y la esperanza de cambiar el mundo, ¿cierto Gautier? - decía el Señor Isaac, un hombre de tez clara y cabello oscuro, que portaba una elegante armadura de caballero que notaba ornamentos de ser alguien de la realeza.

- La esperanza es lo que debe mantenerse siempre, señor.

- Mira – le dijo Isaac, que más que su señor, era su amigo, sacó una carta marcada con el sello real, venía de su castillo, se la mostró a Gautier, quien abrió los ojos como platos. 

- ¿Cuándo la recibiste? - Gautier acarició las puntas de su bigote puntiagudo por ambos lados que ya mostraba algunas canas.

- Esta mañana, es de mi querida Isabel, finalmente ha dado a luz, ¡tuvimos una niña! - le decía Isaac contento.