CAPÍTULO 28 - LAS ALAS DE LA ESPERANZA

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Eimi se recuperaba del desmayo que el rey Adi o mejor dicho el terrible Adonis le había provocado, un cuerpo estaba levitando frente a ella, el cual no pudo reconocer hasta que abrió los ojos, era Daniel, aparentemente su hermano había absorbido la energía oscura que el cuerpo de Daniel había expulsado, sobrecargando su cuerpo y haciéndolo explotar, Daniel descendía lentamente, hasta llegar al suelo, una nube negra cubrió su cuerpo.

El espíritu de Jake Esau apareció frente a Eimi, solo ella era capaz de verle, en un susurro escuchó "suerte" y "cuida de él".

La chica intentaba reincorporarse, llena de heridas y sangre en el cuerpo, no era a Adi a quien veía, el hombre a quien había entregado sus servicios, era Adonis el rey del mundo gemelo.

- ¿Cómo es esto posible? – se preguntaba Yun quien estaba descubierto del rostro ya que la cúpula que la gran explosión y las nubes negras que se habían formado, no dejaba pasar los calientes rayos del astro del cielo.

- Basta de juegos – comenzó a decir Adonis en el cuerpo ahora de Adi – todo esto se ha salido del control, no puedo dejar que ustedes salgan de mis planes, las cosas deben seguir el curso que yo he deseado. 

- ¡Explícate de una vez! – le gritaba Alice enfurecida, la chica sacó la espada heredada de Gautier - ¿qué es lo que de verdad planeas? 

- Alice, ¿no hay un abrazo para tu padre? – decía el sujeto con sarcasmo. 

- ¡Maldito! – Iván se lanzó al ataque impulsado por un túnel de luz que había creado, estaba dispuesto a enterrar su espada luminosa en el pecho del villano, pero un escudo invisible repelió a Iván lanzándolo al suelo. 

- Admiro su perseverancia guerreros – continuó Adonis como si nada hubiera pasado – a pesar de que saben que no son capaces de detenerme, pretenden seguir luchando, ya Daniel te lo había dicho Alice, tu y el príncipe de Renacimiento pueden irse, el portal que se ha abierto entre los mundos no durará mucho, huye y continua con tu búsqueda encuentra las alas de Papillon que aún te faltan. 

Adonis le dio la espalda a la princesa, miró al resto, Yun estaba preocupado, Miguel había levantado su espada y había tomado una posición defensiva, pero muy adentro sabía que su fuerza no sería nada para el rey oscuro y que tarde o temprano caerían.
Del otro lado Rumsey aún se dolía era obvio que seguía siendo incapaz de utilizar su magia, lo mismo le estaba pasando a Eimi pero ésta no comprendía.

- No es posible – decía la bruja con dificultad – puedes ser el maldito más poderoso Adonis, pero  - la chica finalmente se había puesto sobre sus rodillas – estoy segura que el trato de lealtad que hice hace unos años fue con el rey Adi, no contigo. 

- Y así fue Eimi - le respondía Rumsey que estaba sentado en el suelo con las piernas extendidas y sosteniéndose con sus manos – Adonis mató hace tiempo a Adi, pero este sigue siendo su cuerpo reanimado.

- Pero, aún así – le respondió Eimi – el lazo se hubiera roto al momento en que Adi hubiera muerto. 

- ¡SILENCIO! – una enorme onda de energía puso al hechicero y a la bruja de nuevo en el suelo - ¿creen que no fui capaz de prever todo eso? – comenzó a responderles el villano, mientras su sonrisa maliciosa seguía adornando su rostro – el día que asesiné a Adi, conservé un poco de su esencia, creé un ente reanimado que cumpliera mis designios en el mundo gemelo, me convertí en el rey de ambos, en mis primeros planes no te contemplé Eimi, por lo que de alguna manera debía ponerte un alto a ti también, e igual que tus amigos, caiste en mi trampa, hiciste un trato conmigo sin saber quien a quien pertenecía en realidad este cuerpo.

- Eso significa – continuo Eimi. 

- Que el, - decía Rumsey que parecía leer su mente – no es Adonis. Es Adi. - El resto se sorprendió ante tal revelación.

La Leyenda de PapillonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora