CAPÍTULO 25 - LA CIUDAD QUE SE MUEVE

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Laevoneus: Miguel (Grimaes)

En la fogata de esa noche, Tony y Miguel fueron los últimos en irse a dormir. Estaban sentados frente al fuego, mirando las llamas levantarse.

- Extraño a mi pueblo, ha pasado tanto tiempo - dijo Miguel nostálgico.

- La misión que se te ha encomendado para que no puedas regresar, debe ser duro - le dijo Tony tocando el hombro de su amigo. 

- Debemos ayudar a salvar a los mundos gemelos, es lo mas importante - dijo Miguel seguro de sí.

Habían pasado casi dos días, desde que Miguel se separó de Ivan, dirigió a su equipo hacia Grimaes, había pasado todo ese tiempo obteniendo información sobre la última llave.

- ¿Qué es lo que sabemos? – preguntó Eimi ya de regreso en la posada en la que se habían hospedado ese par de noches.

- La llave se encuentra en aquel templo en el centro de la ciudad – comenzó a recitar Iván – está protegida con escudos mágicos y soldados hábiles con la espada, en pocas palabras, si estás pensando en robarla, no será fácil.

- De cualquier forma hay que intentarlo – interrumpió Daniel - ¿Qué otra opción tenemos?

- Si Miguel intentara hablar con sus padres – afirmó Iván, confundido de porqué su amigo no estaba con ellos en este momento.

- No lo intentará – aseguró la bruja mientras Iván la miraba confuso. Ultimamente todos sabían mas cosas que él.

A la distancia de Grimaes, en el cielo resonaba una estructura que se movía a través de las nubes, como una ciudad metálica que zumbaba. Del centro, un hombre sombrío dirigía la operación. 

- ¿Cuánto tiempo? – preguntó ese, a quien llamaban Maxwell, sentado en su silla de mando. Vestía ropas elegantes, oscuras, difícil de descifrar la región donde provenían, su cabello estaba relamido hacia atrás, tenía una sonrisa maliciosa.

- Un par de horas – respondió la mujer que le acompañaba, de forma tajante.

- Perfecto Isabella – le contestó su jefe sonriendo – llama a Anillum y Adrian, es hora de hablar sobre el plan.

De regreso a Grimaes, la noche había caído, el templo que resguardaba la llave, estaba vigilado por un gran número de guardias, en el centro del gran salón, la llave con el poder de viajar a través de los mundos gemelos brillaba bajo el resplandor de la luna, que entraba suavemente de los altos ventanales, una barrera azulada rodeaba la llave, era claro que estaba protegida por una enorme fuerza mágica.

Afuera de ahí pasaban dos personas que corrían y se movían a gran velocidad, de entre los arbustos lograban ver a los guardias de afuera y los que vigilaban desde arriba, se quedaron esperando unos segundos.

De repente, una figura de forma espectral apareció del suelo, detrás de ellos, un segundo después tomó una forma humana, su cabello era rubio, su tez blanca y sus ojos azulados, así como de una complexión musculosa, llevaba un traje ajustado oscuro.

- Hay dos guardias en frente – comenzó a decir el chico – y cuatro más que vigilan desde afuera, la mayor cantidad de soldados se concentra adentro.

- Bien Adrian – dijo el otro hombre que se encontraba frente a él, era un chico de piel morena y cabello lacio hasta los hombros, de repente tocó una estructura metálica de un muro y su cuerpo cambió al de un ser hecho de metal, sin cabello, era el que atacó a Iván y el grupo, días anteriores – Isabella es tu turno, - dijo en una voz metálica - cúbrenos con tu magia, silencio absoluto.

- Muy bien - la chica se puso de pie, su figura era hermosa, cubierta de una ropas ajustadas a su cuerpo, con protecciones metálicas, de igual manera, sus trajes salían de lo convencional. Su hermosa cabellera negra ondeó un poco por el viento, sus ojos pardos vieron fijamente al frente, mientras colocaba su dedo índice de su mano derecha en sus tiernos labios.

La Leyenda de PapillonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora