CAPÍTULO 24 - LA OTRA HISTORIA

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Laevoneus: Tony (Grimaes)

En el pasado, habían sido 30 días desde la desaparición del Príncipe Iván de Renacimiento, el jinete galopaba con fuerza sobre su caballo, su cabello castaño golpeaba con fuerza contra su rostro, había sido un largo camino de regreso a la Ciudad de la Luz, centro de Renacimiento. 

Los guardias le permitieron el paso, al bajar del caballo, Tony acomodó su cabello enmarañado, alaciándolo lo mejor que pudo, acomodó su extraña gabardina contra su cuerpo, y apretó bien sus dedos en esos guantes de piel, que dejaban las falanges en libertad. Finalmente tomó el largo bastón metálico que usaba como arma y lo tomó con fuerza en la mano derecha mientras avanzaba.

Subió por el castillo y se encontró con Evan, el alto hombre de piel oscura que le estaba esperando.

- ¿Cómo te ha ido, Antonio? - le preguntó el fornido hombre que llevaba una especie de traje blanco sacerdotal de una sola pieza, sus dedos estaban entrelazados frente a su abdomen.

- No hay rastro de Iván ni de Miguel, parece que han desaparecido de la faz de la tierra - le indicó Tony, había recorrido el sur, a través de Nomaudie y Mon Kosov, este último su reino natal, pero no había encontrado nada. 

- Justo lo que le había dicho al Rey de Renacimiento - dijo Evan con tristeza - cuando vinimos a la Ciudad, le dije a su alteza que tenía que confiar esto a nosotros, "la Guardia de la Luz", pero, tenía la sospecha desde un inicio - Evan se tocó su barbilla y su rostro mostraba finalmente, una leve preocupación - Iván y Miguel no están en este lado. 

- ¿Lado? - Tony se mostraba confuso y tamborileó sus dedos con ansiedad contra su largo bastón metálico.

- No están en Dextroneus, si no, en el Mundo Gemelo - Evan miró a Tony fijamente a los ojos, claramente hablaba de un lugar desconocido para Tony, el otro mundo, Laevoneus.

- ¿Que debo hacer entonces? - se preguntó Tony seguro de que Evan tenía ya un plan.

- Esto es un permiso real, - Evan acercó un pergamino enrollado, tenía la marca real de Ciudad Capital - su alteza, logró obtener del Rey Adonis esto, que es para ti - Evan lo dejó caer en la mano izquierda de Tony y éste abrió el pergamino, comenzando a leerlo.

- Debo ir a Laevoneus - dijo Tony - ¿debo buscar a Iván allá?

- Me temo que, buscar al príncipe y su escudero es innecesario por el momento - dijo Evan girando su cuerpo, dio la espalda a Tony y se quedó pensativo - hay algo más en movimiento, algo que tu debes descifrar.

- ¿Yo lo tengo que descifrar? - a Tony de repente le molestaba la forma en clave que prefería usar Evan para hablar con él, como si siempre hubiera un acertijo en cada cosa que decía. 

- ¿Cual era el título que tenías en tu natal Kosov, Antonio Cozetti? - Evan se giró nuevamente a mirar a Tony a los ojos. 

- Espía, ladrón, ciertamente un criminal, pero un gran lanzador, definitivamente - dijo Tony con un tono gruñón y algo desesperado por tantas preguntas. 

- Oh vamos, Tony - le dijo Evan riendo un poco - eres más que eso, eres un revelador de secretos, por eso fuiste escogido, este secreto, te corresponde a ti. 

- Normalmente, tengo una pista del tesoro, antes de cada misión - admitió Tony pero aun sin tener idea de lo que se refería. 

- Existe otra forma de viajar a través de los mundos, mi querido amigo - le dijo Evan que tocó un poco su cabello rizado - llaves que los reinos mas confiables resguardan, si consigues las cuatro, la puerta se abre ante ti, sin necesidad de permiso, un susurro me ha dicho, - Evan hizo una pausa, como si eso le estuviera recordando su idea - que las llaves son necesarias para que Iván regrese, Renacimiento es guardián de una de ellas, pero del otro lado, Grimaes es el espejo de nuestro reino. Cuando cruces el Gran Portal, es por Grimaes donde debes comenzar y la verdad se revelará ante ti. 

La Leyenda de PapillonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora