mi perqueño

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En el oscuro rincón de la mente de Mustafa, un terrorífico sueño se desarrollaba sin piedad. En su visión, se encontraba solo en una vasta llanura, rodeado por sombras ominosas que se cerraban a su alrededor. El viento susurraba palabras de peligro, y el cielo arrojaba destellos de relámpagos que iluminaban figuras fantasmales.

De repente, una figura imponente y amenazante emergió de la oscuridad. Era su padre, Suleiman, pero su rostro estaba distorsionado por la malicia. Mustafa sintió un nudo de miedo en su garganta mientras veía cómo su padre levantaba un arma, un gesto de desafío grabado en su expresión.

Con un grito de terror, Mustafa se despertó, el sudor perlado en su frente y su corazón latiendo con fuerza. El sueño había sido tan real, tan espantoso, que se aferró a la realidad con desesperación, buscando consuelo en el mundo tangible que lo rodeaba..

Mustafa:(despertando sobresaltado y con lágrimas en los ojos) ¡Papá, papá!

La sensación de miedo y angustia lo invade por completo mientras se aferra a sus cobijas en busca de consuelo.

Fahad: (entrandoapresuradamente) ¿Qué sucede, Mustafa? ¿Por qué estás llorando?

El tono de Fahad es preocupado mientras se acerca a su sobrino, notando la angustia en su rostro. Se arrodilla junto a la cama de Mustafa, esperando una explicación.

Mustafa:Necesito a mi madre, tío Fahad. Por favor.

Fahad asiente comprensivamente y se dirige hacia una criada que estaba cerca.

Fahad (a la criada) Ve y avisa a Mahidevran de inmediato. Mustafa la necesita.

La criada asiente con rapidez y sale corriendo de la habitación para cumplir con la orden de Fahad.

La criada se apresuraba por los pasillos del palacio en busca de Mahidevran cuando se encontró de frente con la Sultana Hatice y el Sultán Suleiman. Con una reverencia apresurada, la criada informó con voz temblorosa:

"Su Majestad, perdóneme, pero debo encontrar a la Sultana Mahidevran de inmediato. Mustafa se encuentra mal y necesita su presencia".

La preocupación se reflejó en los ojos de Hatice mientras miraba a Suleiman en busca de orientación. Sin perder un instante, Suleiman asintió con gravedad y ordenó:

"Ve y trae a Mahidevran de inmediato. Nosotros iremos a ver a Mustafa".

Mustafa:(tratando de controlar sus lágrimas) Papá... no te preocupes. Solo fue una pesadilla. Todo está bien ahora.

Suleiman:(con preocupación en sus ojos) Está bien, hijo

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Suleiman:(con preocupación en sus ojos) Está bien, hijo. Si necesitas hablar más tarde, aquí estaré para ti.

(Mientras Suleiman consuela a Mustafa, Mahidevran entra en la habitación con una presencia imponente.)

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