Enemigas o Amigas

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Madre Sultana: Mahidevran, te felicito, mis nietos son muy educados y tu comportamiento es ejemplar.

Mahidevran, emocionada: Muchas gracias, Madre Sultana.

Suleiman: Mañana es jueves santo y lo pasaré con mi haseki. - tomando la mano de Mahidevran

Madre Sultana: Muy bien, esa siempre es la costumbre.

Mahidevran: Con su permiso, Madre, debo llevar a Mustafa a clases.

Hatice: Mahidevran, ¿puedes dejar a mi pequeña Raziye conmigo? Hace tiempo que no estamos  juntas.

Mahidevran: Por supuesto, Sultana Hatice. Ahora, con el permiso de todos, nos vamos. Mustafa está ansioso por su primer día de clases.

Íbamos caminando tranquilamente por los pasillos cuando, de repente, Mustafa corrió velozmente. En un instante, se perdió entre los pasillos y en ese preciso momento sentí que mi corazón se detenía.

 En un instante, se perdió entre los pasillos y en ese preciso momento sentí que mi corazón se detenía

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Busqué desesperadamente hasta encontrarlo en brazos de una pelirroja.
Me tiré al suelo, abriendo mis brazos mientras mi hijo corría hacia mí. Sentí como si mi alma regresara a mi cuerpo y pude respirar de nuevo.

 Sentí como si mi alma regresara a mi cuerpo y pude respirar de nuevo

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Mahidevran: Nunca más te alejes así de mí, ¿entendiste, mi vida?

Mustafa: Sí, mami, te amo.

Hurrem: Me alegra que hayas encontrado a tu hijo. Me dijo que buscaba a su profesor.

Mahidevran: Muchas gracias, señorita. Usted es un ángel.

Firial: ¡Hurrem, reverénciate! ¡Ella es la sultana Mahidevran!

Hurrem, pálida, recordó las consecuencias de no mostrar respeto ante una sultana.

Mahidevran: No la regañe, Firial. Acompáñame, Hurrem. Vamos, debemos dejar a Mustafa.

Después de dejar a Mustafa, la invité a mi habitación para darle algunos regalos.

Yo soy Mahidevran Donde viven las historias. Descúbrelo ahora