Muerte

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El grito desgarrador de Halime resonó por todo el palacio de caza, cortando el aire con su dolor insoportable. Cada rincón del majestuoso edificio pareció vibrar con la intensidad de su lamento, llevando consigo la noticia devastadora de la pérdida del joven príncipe.

Suleiman, al escuchar el desgarrador grito de su Halime, sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras el peso de la tragedia caía sobre él con una fuerza abrumadora

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Suleiman, al escuchar el desgarrador grito de su Halime, sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras el peso de la tragedia caía sobre él con una fuerza abrumadora. Sabía, en ese momento, que su hijo más joven, el dulce y amado Omar, había partido para encontrarse con Ala en el reino celestial.

El sultán, aturdido por la noticia, se quedó inmóvil por un instante, incapaz de procesar completamente la magnitud de su pérdida. El sonido del lamento de Halime reverberaba en su mente, recordándole la fragilidad de la vida y la brutalidad de la muerte.

Con el corazón roto y los ojos llenos de lágrimas, Suleiman se dirigió hacia la habitación donde su hijo yacía en reposo, enfrentándose al dolor abrumador que lo envolvía

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Con el corazón roto y los ojos llenos de lágrimas, Suleiman se dirigió hacia la habitación donde su hijo yacía en reposo, enfrentándose al dolor abrumador que lo envolvía. La visión del joven príncipe, tranquilo en su sueño final, fue un golpe devastador para el sultán, que se arrodilló junto a su lecho, incapaz de contener su angustia.

Halime, con el corazón destrozado, se aferró al cuerpo inerte de su hijo, llorando inconsolablemente por la pérdida de su precioso Omar. Sus lágrimas, un torrente de tristeza y desesperación, se unieron al eco de su grito desgarrador, llenando la habitación con el peso abrumador de su dolor.

En ese momento de oscuridad y desesperación, Suleiman y Halime se aferraron el uno al otro, buscando consuelo en su mutuo sufrimiento.
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Mahidevran, con la noticia de la tragedia, no permitió que el pánico la consumiera. Rápidamente, se dirigió a Gulza, explicándole la situación y pidiéndole que se quedara para cuidar de Raziye y el pequeño Murat.

Mahidevran: Gulza, mi amiga, necesito que te quedes aquí y cuides de Raziye y Murat. La situación en el palacio de caza es crítica, y debo ir de inmediato.

 La situación en el palacio de caza es crítica, y debo ir de inmediato

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