Yo soy Mahidevran

Inevitable

Mustafa se enfrentó a su padre con una mirada determinada, reflejando la indignación que bullía en su interior. Sabía que debía actuar con cautela, pero su determinación era firme.

"Papá, lo que hizo la abuela está muy mal", comenzó Mustafa, su voz temblorosa pero llena de convicción. "Ella dijo cosas terribles sobre mis hermanas y sobre mamá. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras ella sigue lastimándonos".

Suleiman reflexionó sobre las palabras de su hijo, reconociendo la seriedad de la situación. Sin embargo, su experiencia como líder del imperio otomano le permitía ver más allá de la ira momentánea.

"Mustafa, entiendo tu enojo, pero la madre Sultana es una figura formidable en el palacio", comenzó Suleiman con calma, colocando una mano en el hombro de su hijo. "Tiene años de experiencia y aliados poderosos. Enfrentarla sin un plan sólido solo podría empeorar las cosas".

Mustafa frunció el ceño, frustrado por la respuesta de su padre. "Pero, papá, ¿cómo podemos permitir que continúe lastimando a nuestra familia sin hacer nada al respecto?¿y tu eres el sultán del mundo?preguntó con determinación.

Suleiman suspiró, comprendiendo la angustia de su hijo. "Lo entiendo, Mustafa. No podemos arriesgar la seguridad de nuestra familia por un acto impulsivo", explicó con calma...se acercó a su hijo y beso su cabeza.

Mustafa asintió, aunque no estaba completamente convencido. Sabía que su padre tenía razón, pero aún así anhelaba poner fin al sufrimiento causado por la madre Sultana.

"Sé que es difícil, hijo, pero debemos ser pacientes", continuó Suleiman, mirando a Mustafa con cariño. "Juntos encontraremos una solución, pero debemos hacerlo con cuidado y consideración".