Renjun no recuerda la última vez que vio a su abuela verse tan complacida consigo misma. Probablemente fue cuando él asumió su rol en la compañía, ella está prácticamente radiante, cree que las arrugas en su rostro podrían romperse por la presión.
Ella mira a Renjun y a Jeno de lado en la mesa durante la cena, diciéndoles que coman más. Jeno lo hace, pero Renjun no. Ella se queja como siempre de sus tendencias alimenticias de pájaro.
—No se preocupe, él come mucho en casa, abuelita. –le dice Jeno a la defensa de Renjun, dándole unas palmaditas en el muslo a Renjun con las palabras.
Renjun frunce el ceño, pero los ojos de su abuela se iluminan con una alegría apenas contenida. Él no puede evitar pensar que Jeno y su abuela son una combinación diabólica, suspira y estira sus brazos hacia atrás. Ni siquiera se da cuenta de que coloca su brazo izquierdo en la parte posterior de la silla de Jeno hasta que su abuela lo mira significativamente y sonríe.
Renjun frunce los labios y flexiona los dedos, pero no quita el brazo. Antes de que su abuela pueda decir algo, abre un tema de conversación para adelantarse a ella.
—¿Qué quieres hacer para año nuevo, abuelita? –pregunta, los dedos se inclinan para tocar suavemente la tela de la camisa de Jeno, lo suficientemente ligero para que Jeno no lo sienta.
—Estarán aquí, por supuesto. –dice la abuela, como si la pregunta fuera tonta como para siquiera preguntar. —Es mi primer año con mi nuevo nieto. –hace una pausa para sonreír a Jeno de nuevo. —Pueden estar en Navidad solos, de todos modos, es un día de fiesta amorosa
Renjun siente que Jeno se pone rígido y él dirige su mirada hacia él.
—¿Qué pasó? –pregunta en voz baja, inclinándose cerca a la oreja de Jeno.
Jeno lo mira y fuerza una sonrisa en sus labios. —Ah, no, no es nada, todavía no había pensado en las celebraciones de año nuevo, siempre los he pasado en la residencia de los Lee.
—Te han tenido por años –dice la abuela, —Yo apenas te he tenido por dos meses. Puedes decirle a tu abuelo que deje de actuar como un niño
Jeno le sonríe. —Está bien, no hará un escándalo
El ceño de Renjun se profundiza. No comprende el conjunto tenso en los hombros de Jeno, la manera en que sus sonrisas son ingenuas, una inclinación de sus labios, pero no convierte sus ojos en medias lunas. Por lo que Renjun ha averiguado, la relación de Jeno con su familia adoptiva es tensa. Él debería estar feliz de pasar estás fiestas
importantes con la familia de Renjun.
La compresión lo golpea de repente y él se endereza en su silla, su mano se desliza desde su pocisión y se toma del brazo de Jeno. —Ah-, dice Renjun dirigiéndose a su abuela. —Por supuesto, Anton también tendrá que venir, apenas lo conociste, sería una buena oportunidad para conocerlo mejor.
Jeno se sobresalta y Renjun puede sentir su pesada mirada sobre de él, pero sigue sonriendo a su abuela.
La abuela se sorprende, mirando a Renjun, cuestionando. Es casi inaudito, alejar a un heredero potencial de las celebraciones de su propia familia para visitar a los suegros de su hermano. Renjun sostiene su mirada y arquea sus cejas. Finalmente ella asiente.
—Por supuesto, supuse que Anton asistiría con su hermano aquí. Es una tontería que siquiera lo menciones
Renjun sonríe agradecido a su abuela. Su única respuesta es escogerse de hombros y preguntarse en voz alta por qué tarda tanto el postre.
Jeno extiende una mano para apretar la rodilla de Renjun. Renjun lo mira de nuevo aún abrazado del brazo de Jeno, y su aliento se atraganta en su garganta al exhalar. Jeno le sonríe, suave, cálido, con los ojos radiantes. Él es impresionante, y por un momento el corazón de Renjun revolotea con algo demasiado peligroso para nombrar.
