Jeno no puede dejar de mirar. No es como si no lo hubiera visto antes, pero de alguna manera es diferente. Seductor. Indecente. Tortura.
Jeno frunce los labios, viendo la luz jugar sobre la piel palida del muslo de Renjun. Este mueve su pierna, el dril de algodón cambia para revelar más piel, la tela desgastada blanca actúa casi como un marco.
-Deja de mirar, Jeno, pon atención en el camino. -dice Renjun, sus labios se curva en una sonrisa divertida.
-No estoy mirando -miente Jeno, volviendo su atención a la carretera, cierto, estaba manejando.
-Eres un mentiroso -se burla Renjun.
-No soy yo quien olvido la mitad de su pantalón.
-Hace calor -se defiende.
-Si, demasiado. -afirma Jeno. -¿Quien te dio eso?
-Markie -dice Renjun en un tono cantado -Él es brillante ¿no?
Jeno se pregunta si lo es o si es una amenaza, tal vez ambos. -Estas disfrutando esto.
-Inmensamente -Renjun lo mira y se ríe, con las comisuras de los ojos frunciendose -¿Me veo bien, hyung?
-Sabes que lo haces. -Jeno sonríe y saca una mano del volante para agarrar la de Renjun. Renjun extiende sus dedos para entrelazar sus manos, pero frunce el ceño cuando Jeno se resiste. En cambio, él jala su mano para asentarlo en su muslo, la mitad en el edril de algodón y la mitad en la piel expuesta del agujero excesivamente grande.
Los ojos de Renjun se abren y los dedos de Jeno acarician su piel. -¿Por que te pususte eso justo cuando no podremos hacer nada? -dice Jeno quejandose y escucha la pequeña risa de Renjun.
-No creí que tendrás una gran reacción. -responde Renjun, con un tono divertido, un bostezo corta lo que fuera que iba a decir. -Voy a tomar una siesta rápida
-Okay, te despertaré cuando lleguemos
-Hmm -responde Renjun, ya cerrando los ojos. No se duerme del todo, solo se queda en ese otro mundo entre el sueño y la conciencia, como flotar junto a la corriente. Se acerca al sueño cuando escucha que Jeno comienza a silbar, bajo y sutil, las mismas notas se repiten, arriba, abajo, se mantiene. Es extrañamente hipnótico, atrayendolo y envolviéndolo firmemente en su abrazo.
No es hasta que llegan a los límites de la ciudad de Ichon y Jeno deja de silbar para hablar consigo mismo sobre las señales de la calle que Renjun se da cuenta de por qué había estado de ensueño, suspendido en la melodía de Jenk. Su madre solía tararear algo similar, su voz hacía eco en los pasillos, un rastro de notas que Renjun solía seguirla por toda la casa.
Abre los ojos y observa a Jeno, lo escucha hablando solo de un restaurante sashimi por el que pasan. Hay una burbuja de autoconciencia en la boca del estómago y se arremolina en torno al pánico y el miedo con el que no ha tenido que lidiar en años.
Renjun cree que tal vez está más que enamorado de Jeno.
Y aún más aterrador, siente que Jeno es su familia.
Renjun se da vuelta para mirar por la ventana el paisaje, su corazón en su garganta. "Juro que no lo haré. Lo juro, solo mírame", sus propias palabras resuenan en su mente para burlarse de él, chocando violentamente con la suave voz de Jeno goteando como lluvia. "Mahal Na Mahal Kita".
Él no sabe qué lado ganará al final. Él no sabe si sobrevivirá a las consecuencias de cualquier manera.
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.La madre de Jeno es hermosa. Ese es el primer pensamiento de Renjun cuando se baja del auto y la ve saludando con entusiasmo frente al vestíbulo de su edifico del departamento. Jeno tiene sus labios y su cabello, el marco alto y la sonrisa completa. Renjun cree que podría haberla identificado incluso sin las fotos que Jeno le mostró.