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Jeno está nervioso por la cena con su familia por varias razones, y cada una viene con un conjunto de ansiedades muy separadas y exclusivas.

Está preocupado por lo que el presidente quiere de Renjun, teme que vaya a sobrepasar los límites demasiado. Le preocupa que la paciencia de Renjun se seque y él se verá dividido entre el desprecio de dos familias. Le preocupa que Anton actúe y cree una escena durante la cena si su abuelo o su tío es menos cuidadoso con sus palabras. Anton siempre ataca rápidamente cuando siente que su hermano ha sido menospreciado.

Está preocupado por la tensión que siempre esta presente en la casa Lee, por la frialdad con que se hablan, por la falta de afecto severa y evidente entre ellos. Puede que Renjun piense que se porta bien con su abuela, y puede quejarse de que ella es fría como él, pero hay un calor subyacente y amor entre ellos. Se preocupan profundamente el uno por el otro y lo saben. No hay tal amor en la casa Lee.

Es una tontería, pero él no quiere exponer esa parte de su vida a Renjun, no quiere que Renjun vea la indignidad de cómo creció. No quiere que Renjun piense menos de él por su origen.

Es tan estúpido. No es que haya algo romántico entre él y Renjun, a pesar de los besos de los que se niegan a hablar. Son un negocio, hasta el contrato. La actuación teatral para Anton, sus amigos y los medios de comunicación se hizo un poco demasiado cómoda. Jeno solo necesita dar un paso atrás. Este no es un matrimonio real, esta no es una relación real. Es una obra que debe realizar durante unos meses para ganarse la libertad.

Excepto si Jeno es perfectamente honesto, es más. Le gusta la forma en que Renjun arrastra los pies escaleras abajo en la mañana, con los ojos somnolientos y como es un poco gruñón hasta que consigue una taza de café caliente en sus pequeñas manos. Le gusta la forma en que atrapa los ojos de Renjun en él aveces, le gusta la pequeña emoción que le baja por la columna bajo la mirada inmóvil. Le gusta las manos de Renjun tan suaves y deñicadas que contrastan con su perpetuo mal humor. Le gustan las pecas en la nariz de Renjun, espolvoreadas y casi ausentes, visibles solo cuando Jeno está lo suficientemente cerca para escuchar su respiración. Le gusta la forma silenciosa en que Renjun parece preocuparse por él, incluso si Jeno intenta recordarse que no significa nada. Té almacenado en el armario, un inesperado regalo de Navidad. Incluso esta cena, Renjun no tenía la necesidad de aceptar. Probablemente habría preferido deshacerse de Anton para las vacaciones, y sin embargo, accedió casi de inmediato.

Jeno mira a Renjun a su lado, comiendo tranquilamente y escuchando con cortesía al presidente, y se pregunta si hay algo más. Se pregunta si incluso quiere algo más, se pregunta si es inteligente jugar con fuego cuando ya sabe el final. Sacude los pensamientos de su mente y se centra en el tema de la conversación. El presidente Lee solo ha insinuado los negocios, probablemente esperando al menos el postre antes de llegar a lo que realmente quiere discutir. No le sorprende a Jeno, el presidente siempre ha sido calculador y cuidadoso.

El presidente intenta involucrar a Renjun en una conversación, pero las respuestas de Renjun son cortas y precisas, sin dejar espacio para elaborar. Los labios de Jeno se inclinan en una pequeña y divertida sonrisa, Renjun puede haber aceptado ir a la cena, pero no accedió a facilitarle el trabajo al abuelo de Jeno. Él tiene la necesidad de darle una palmadita en la espalda a Renjun y decirle que es un buen chico. Tiene que tragarse una risa imaginando lo sorprendido qué estaría Renjun si lo hiciera.

Finalmente, el presiente se da por vencido momentáneamente con Renjun y mira a Anton con una expresión severa. Él pregunta sin sentir.

-¿Cómo están tus clases?

Anton se endereza en su silla y levanta la barbilla. -Hice la lista del decano

El presidente sonríe. -Como se esperaba de un Lee.

Jeno ve la mirada de disgusto de su tío por el rabillo del ojo, pero lo ignora. Siente una sonrisa orgullosa en sus labios.

-Dile al presidente lo que tu profesor de historia de arte dijo. -le dice Jeno a Anton, sonriendo cada vez más. Anton le lanza a Jeno una mirada aguda, frunciendo el ceño. Jeno lo ignora y vuelve la mirada hacia el presidente, enderezando los hombros. -Dijo que Anton tiene una afinidad por el arte, y que debería dejar que su talento se desate.

El presidente se burla. -¿Qué sabe un profesor de arte?

-Hyung, estoy interesado en los negocios. -dice Anton, pero Jeno cree que no es la verdad exacta. Si, Anton disfruta de sus clases de negocios, pero llena sus cuadernos con bocetos y dibujos. Jeno no quiere que su hermano pierda lo que ama por el bien de sus deberes.

Él se encoge de hombros. -El equilibrio es bueno, sin embargo. Algunas clases de arte podrían funcionar como optativas.

El presidente hace un ruido largo y desaprobador en la parte posterior de su garganta. -A mi nieto no le interesan las actividades frívolas. -arquea una ceja hacia Jeno. -Tú lo sabes mejor, así que deja de alentar eso.

Jeno aprieta su mandíbula. Debería dejarlo ir, pero él no quiere. Él no quiere que Anton sea restringido y manipulado. Él quiere que Anton persiga cualquier área de interés que tenga, no encadenado a los deberes y responsabilidades de esa familia.

-A mi me dejaste estudiar arte
-dice Jeno desafiante. Siente los ojos de Renjun sobre él, cuestionando. Él tardíamente recuerda que había querido mantener a Renjun ignorante de la relación tensa en su hogar. Se olvidó de mantener su máscara en su lugar alrededor de Renjun otra vez.

Jeno oye a si tío resoplar, pero el presidente entorna los ojos peligrosamente, los labios en un ceño fruncido. -Te olvidas de quien eres, Jeno. -dice severamente. -Chanyoung es sangre Lee.

Anton golpea sus palillos contra la mesa, con la mandíbula apretada y los ojos muy abiertos. -¿Y qué es Jeno-hyung?

El presidente dirige su mirada hacia Anton y dice fácilmente. -Una obra de caridad.

La adrenalina aumenta en la sangre de Jeno cuando ve la ira burbujeante en Anton, las venas en su cuello casi explotando. Él necesita tranquilizar esto.

-Anton -comienza, pero se detiene cuando siente un fuerte agarre en su rodilla. Se da vuelta para mirar a su lado a Renjun, confundido.

Renjun tiene una expresión tensa, sus hombros están rígidos, su espalda imposiblemente recta, sus ojos parpadean lentamente y hay una inclinación aguda en sus labios. -Presidente Lee. -el presidente cambia su atención de Anton hacia Renjun, esperando que continúe. Renjun toma su tiempo, pasando los ojos por la mesa, sonriendo bruscamente y sin ningún humor. -Creo que hay un malentendido. -dice finalmente, con los ojos agudos y voz baja, amenazante. Jeno parpadea, los ojos puestos en Renjun. Nunca lo había visto así, con la voz apuntando como una espada y dirigiendo para matar. -Ese chico de ahí. -dice asintiendo en dirección a Anton. -Es su nieto. -él toma la mano de Jeno sin mirar, con el brazo extendido, los dedos alargados. Jeno cubre con su mano la de Renjun por instinto, deslizando en su lugar, naturalmente y sin pensar. -Este hombre de aquí es mí esposo. -Renjun se inclina hacia el presidente. -Espero que usted conozca su lugar y se dirija a mi esposo con más respeto.

Algo despierta a la vida dentro de Jeno, un aleteo en su corazón. Es poco familiar, pero cálido y agradable, la electricidad parpadea a través de su sangre. Él no está acostumbrado a que alguien lo defienda, normalmente, es él el hombro donde otros se sostienen. No se pregunta cómo es tener a Renjun más, no se pregunta cómo sería llamarlo suyo. Él piensa que él sabe ahora.

Es terreno firme después de años de montañas rusas, es una calidez tranquila, estable y segura, sabiendo que tiene un lugar, sabiendo que es querido y aceptado. Ser amado, silenciosamente, sin mucho espectáculo o agitación, de manera constante y devota. Él dobla sus dedos con los de Renjun y mira fijamente las manos. Él quiere esperar, solo por un tiempo, piensa. Solo por un momento el quiere llamar a Renjun suyo.

Renjun se pone de pie, arrastrando su silla contra el suelo y agarrando a Jeno. -Hyung, ya me quiero ir.

Jeno se levanta y se lleva a Renjun, lo saca de la casa hacia el auto, con los ojos fijos en sus manos. Dirige su mirada hacia la cara de Renjun, todavía tensa y furiosa. Jeno muerde el interior de su mejilla para evitar sonreír.

Solo por un momento, se promete a si mismo. solo quiero ser codicioso por un tiempo.

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AWG (ADAPTACIÓN) NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora