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El sonido de su alarma despierta a Renjun, él se estremece, tratando de esconderse más en su edredón y bloquear el sonido. Se da vuelta, esperando golpear a Jeno con el movimiento y hacerlo apagar la maldita cosa. Renjun frunce el ceño cuando se encuentra con el espacio vacío. Abre los ojos y suspira, parpadeando borroso al otro lado de la cama, vacío y frio.

Se sienta y toma su teléfono, apaga la alarma y arroja el dispositivo por sus pies sobre el edredón.

Le molesta cuando Jeno escapa en algún momento en medio de la noche a su propia habitación. Realmente no debería molestarle, tienen habitaciones separadas para un propósito, mantener sus vidas separadas, para darse espacio el uno al otro. Para poner una clara división entre ellos.

Sin embargo, todavía le molesta.

Está siendo completamente honesto, y Renjun raramente es perfectamente honesto, incluso consigo mismo, le gustaba cuando Jeno se veía obligado a compartir una habitación con él. Le gustaba despertarse con Jeno que lo sacudía sin ceremonias y le exigía que se levantara de la cama. Le gustaba oler el champú de Jeno en la ducha. Le gustaba las pequeñas evidencias de Jeno en todo su espacio, su ropa en el armario mezclándose con la de Renjun, su crema hidratante estaba junto a la loción de Renjun en el mostrador de la baño.

Como han avanzado tanto en su relación, piensa Renjun, también podrían compartir una habitación juntos. Él no se opone a la introducción de abrazos regulares. Algo tiene que hacerse, se dice a si mismo.

Una idea cruza su mente y con una sonrisa en los labios sabe exactamente lo que debe hacer.

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-¿Qué estás haciendo aquí?

Anton levanta la vista de su libro de texto y dirige su mirada a Jeno.

-Antes que nada hola, eres tan grosero. Soy tu único hermano en todo el mundo, pensé que estarías feliz al verme.

Jeno suspira y mira hacia el techo. -Puedes parar tus tonterías anora

Él mira hacia atrás de Anton, sus libros escolares ocupando todo el sofá y parte del piso. -¿Por qué estás aquí ahora, instalando una biblioteca en mi sala de estar?

-Mis finales están por venir -responde Anton, el duh no lo dijo, pero era obvio en su tono.

-Permite reformular ¿por qué estás configurando una biblioteca en mi sala de estar y no en tu departamento?

Anton se encoge de hombros. -Ese hombre fué a mi departamento y me dijo que me quedara unos días aquí

-¿Renjun te invitó? -dice Jeno sordamente, con incredulidad haciendo que las palabras suenen inciertas.

--Sí, él me trajo hasta aquí

-¿Renjun? -repite Jeno, todavía en estado de incredulidad.

Anton suspira pesadamente. -SÍ, ese hombre.

-¿Voluntariamente?

-Si

-¿Él Renjun que vive aquí conmigo?

-SÍ, hyung, ¡sí! Tu esposo Renjun -dice Anton, exasperado.

Jeno parpadea --¿Por qué?

--No tengo idea, ¿por qué no le preguntas a é?

Jeno asiente. -Si, eso haré.

Sube las escaleras hacia la habitación de Renjun, él no está allí, pero puede ver que todas sus pertenencias han llegado al dormitorio. Y él se asoma a la habitación de armario, toda su ropa está arreglada ordenadamente, colgado como si estuvieran allí junto a la ropa de Renjun. No puede imaginar a Renjun moviendo todas sus cosas al dormitorio, cargando carga tras carga de ropa.

AWG (ADAPTACIÓN) NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora