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Él me miró sorprendido, sentía que no debía decirle.

—Yo no quería que te enteres — dijo con la voz quebrada.

—Pero me enteré, todo este tiempo lo supe, no sabía si era correcto decirte que lo sabía — dije.

—Entonces tengo más razón en decirte que te alejes, no quiero que te hagan daño — dijo y se dio media vuelta para irse.

—No me harán nada, Draco. Estaré bien, te puedo ayudar — dije y lo detuve.

—¡No!, no puedes ayudarme, no debes hacerlo.

—Si debo, quiero ayudarte, y tú sabes que necesitas a alguien, no me alejes de tí solo por eso, no me importa que seas un mortifago. Te amo de todas formas, te amo aunque seas un mortifago; porque ese no es un factor que me aleje de tí, nada hará que me aleje de tí — Draco comenzó a llorar.

Me dolía verlo así y fui a abrazarlo.

—Lo siento, lo siento mucho, no quería decepcionarte — dijo llorando.

—Sé que te obligaron, no es tu culpa — dije. Él se separó del abrazo y se limpio las lágrimas

—Lilian yo también te amo, por eso no podemos estar juntos, porque ellos te harán daño si intentas ayudarme — dijo — ya no podemos ser novios, ni amigos.

—¿Mi opinión no te importa? — pregunté.

—Lo hago para protegerte — dijo.

—Todos quieren protegerme; pero nunca piensan en mi opinión, yo no quiero alejarme, no me importan los mortifagos, ¿No lo entiendes? — pregunté.

—Lo siento, yo... No puedo — dijo y se fue.

Ese fue el momento en que lloré, estaba sola en ese pasillo, creí que al decirle él se sentiría mejor, pero creo que lo empeore.

Fuí a la sala común, la cual estaba completamente vacía. Theo se acercó con dos vasos.

—¿Quieres jugo de calabaza? — preguntó y me ofreció uno.

—Gracias, Theo — agarré el vaso.

—¿Ya te enteraste? — preguntó.

—¿De qué hablas? — pregunté.

—Draco ya me contó porque está comportándose de esa manera, me dijo que te lo contaría a tí — dijo.

—Entonces ¿Lo sabes? — pregunté.

—¿Tú lo sabes? — preguntó.

—Lo supe desde un principio — dije.

—Puedo preguntar ¿Qué es lo que sabemos los dos? — preguntó.

—Tú dime... Yo no diré nada si te dio otra razón — dije.

—Draco es un mortifago — dijo.

—Entonces hablábamos de lo mismo.

—Me entere hoy, estaba algo nervioso y por eso le hablé así a Daphne, ya me disculpé.

—¿Te dijo si alguien más sabe? — pregunté.

—Solo tú y yo sabemos — dijo — es mi mejor amigo y no sé qué hacer por él, no sé cómo ayudarlo.

—Él me termino, ya no somos novios y le dije que yo sabía, pero creo que empeore todo.

—Creo que Draco necesita todo el apoyo que podamos darle.

—No me quiere ni como amiga — dije.

—Yo le daré todo el apoyo que pueda — dijo.

Te Seguiré Amando  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora