Te Seguiré Amando

11.

—Dime, papá... — dije asustada por dentro, pero trate de disimularlo.

—Aquí no, vamos a mi oficina rápido, y señor Malfoy le recomiendo ir a su cuarto, no es hora de estar caminando.

—Si, profesor. Adiós, Lilian.

—A mí ni me dirijas la palabra, Malfoy... — me fui con mi papá — ¿Paso algo malo, papá?.

—Espera a llegar a mi oficina, ¿Peleaste con el señor Malfoy? — preguntó mi padre.

—Algo así, el quiere que maten al hipogrifo del profesor de cuidado de criaturas mágicas, creo que es una idea muy mala.

—Yo creo que no, el hipogrifo empujó al señor Malfoy.

—Por que Draco molesto primero, ¿Puedes hacer algo para que no maten al hipogrifo? — pregunté.

—No lo creo hija, ya pasó el juicio y no se pudo hacer nada — suspiré y por fin llegamos a su oficina.

Entramos y ví a la profesora Potter ahí, era obvio, me acuso de estar hablando con Malfoy, ahora sí mi padre me va a castigar.

—Siéntate, hija... — dijo mi padre acercando una silla hacia mi, así que me senté.

—¿Qué pasa, papá? — pregunté.

—La profesora Potter me contó que hoy no atendiste a su clase y estuviste todo el tiempo hablando con el señor Malfoy.

—Lilian tuve que decirle a tu padre, para que no vuelva a pasar esta situación, te lo perdone dos veces hoy, pero no perdonaré ese comportamiento ni una sola vez más — intervinó la profesora Potter.

—Lo siento, pero Draco me molesto primero, en parte él también tiene la culpa — me defendí.

—Sí, lo sé Lilian, yo ya hablé con él señor Malfoy, ahora era el turno de hablar contigo.

—Hija, estas en este colegio para estudiar, no para hablar en las clases, no te prohibo que tengas amigos, pero si te prohibo hablar con ellos en clase.

—Lo siento, papá. Profesora, le prometo que no volverá a pasar — dije mirando al suelo.

—Está bien, hija, espero que no se vuelva a repetir, puedes ir a tu cuarto y descansa, no quiero verte caminando por los pasillos.

—Sí, papá, nos vemos mañana — le dí un abrazo, me despedí de la profesora y salí de su oficina.

—¿Seguirás diciendole "hija"? — escuche que siguieron hablando, acerque mí oído a la puerta.

—Que quieras que te diga, es mi hija, yo la crié.

—Lo entiendo, Severus, tú la criaste y no te prohibire decirle "hija", pero recuerda que es la hija de sangre de Sirius Black.

—No lo olvido, en realidad la cuestión es que si él lo recuerda. Es hija del que delató a tu hermano y por eso ya ha muerto.

—Sí, tienes razón, solo que... Sirius es peligroso y si se entera que su hija está contigo estarás en mucho peligro, Severus, no quiero que te pase algo malo.

—Yo no le tengo miedo a Black, ¿Entendido, Hanna?.

—De acuerdo, solo... Tengo miedo, no quisiera perder otro amigo, es por eso que estoy asustada.

—¿Tienes miedo de qué Lupín traiga a Black al castillo? — preguntó mi padre.

—Remus jamás haría eso, quedó igual de destruído que yo cuando se enteró de todo.

—No me importa Lupín, me importas tú, juntarte con él te traerá problemas, igual que en el pasado.

—No me traerá problemas, él siempre fue un buen amigo conmigo, y siempre va a ser muy importante para mí — me fuí impactada con esa noticia o con cada palabra que dijeron.