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No pude reaccionar rápido, cuando ví a mi alrededor había un montón de gente de Slytherin haciendo un círculo al rededor de Tracey y Daphne, que ahora estaban revolcándose en el suelo, intenté acercarme; pero alguien me agarró del brazo, voltee a ver, era Theo.

—Lo siento, Lilian — se acercó a donde estaban, ambas chicas aún golpeándose mientras todos gritaban el nombre de a quien apoyaban.

Theo agarró a Daphne y Tracey se quedó en el suelo. Daphne al notar que quien la agarraba era Theo le dio una bofetada y lo empujó.

—¡No quiero que me toques! — grito Daphne. Y yo me acerque ahí, agarre a Daphne para poder ayudarla a arreglarse. Justo ese momento Tracey se acerco a mi.

—Tu también Lilian Snape o Black, deja de acercarte a Draco, porque su próxima novia será Millicent y si te acercas a él, tendrá consecuencias — dijo y me señaló, entonces me enoje y empuje la mano con la que me estaba señalando.

—¿Me estas amenazando, Tracey? No puedo creerlo — respire hondo — A mi no me importa Draco Malfoy, por mi puedes hacer lo que quieras con él — dije enojada. Pero ese rato nos dimos cuenta de que mi papá estaba ahí.

—¿Qué les sucede a ustedes cuatro? — dijo enojado — Señorita Greengras y Davis vayan a mi oficina, también usted señor Nott, Lilian también quiero que estés ahí.

—Pero papá, yo no hice nada — dije.

—Es una orden, Lilian, o acaso no me escuchaste bien — dijo y yo bajé la cabeza — y ahora quiero que todos vuelvan a sus cuartos, si veo a alguien aquí, serán castigados.

Todos los que fueron llamados salimos de la sala común, y era muy obvio que al salir mi papá noto como Draco acababa de llegar a la sala.

—Señor Malfoy, usted también venga a mi oficina, por caminar tan tarde por los pasillos — dijo mi padre.

—Llegue a tiempo profesor, no es tan tarde — se defendió Draco.

—No me ha escuchado bien señor Malfoy, vea todos los pasillos no hay nadie caminando solo usted — dijo en un tono enojado.

—Soy un prefecto, estoy vigilando — dijo Draco.

—Y si está vigilando ¿Donde está su insignia? — preguntó mi padre — ya no quiero seguir repitiendo que venga a mi oficina, los cinco ahora mismo vengan conmigo — dijo enojado.

Los cinco lo seguimos hasta su oficina, era obvio que nos tocaría un castigo, aunque a mí tal vez no, no estaba haciendo nada o espero que no me haya visto intentando ayudar a Daphne. Pero solo estaba ayudando, aunque como estaba en medio de todos podría parecer culpable.

—Primero, les aclaro que escucharé a cada uno, pero de todos modos cada uno tendrá un castigo, porque todos estuvieron ahí, para los que estaban por casualidad tendrán un castigo más leve — dijo mi papá y yo me sorprendí porque yo no había hecho nada — ¿Quien hablara primero?

—Profesor, yo quiero hablar primero — dijo Draco — Yo no sé qué hicieron ellos — nos señaló — pero yo no me di cuenta de que hora era y llegué tarde sin querer, se muy bien que debía haber estado vigilando, pero no pude porque estaba ocupado haciendo otra cosa.

—¿Haciendo qué? — preguntó mi padre.

—Estudiando... — dijo Draco a pesar de que estaba mintiendo.

—No lo creo, el pasillo del que vino no lleva a la biblioteca, así que es obvio que está mintiendo, ya lo escuché suficiente, quiero que vuelva a su sala común, mañana en la mañana le enviare una carta en la cuál estará escrito su castigo — dijo mi padre, Draco lo miro sorprendido; pero le hizo caso —Ahora, ustedes cuatro, díganme que paso...

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