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—Tal vez no eres tan presumido — voltee a verlo, estaba avergonzada de que me haya escuchado — lo siento, Malfoy.

—No importa, sé muy bien lo qué opinas de mí, pequeña Snape — me agarró la mano — ¿Podemos hablar? — me aleje e hice que me soltara.

—Es-está bien — tartamudeé.

—A solas... Daphne te vas — le hizo una seña para que se fuera.

—¿Y si no quiero?— preguntó Daphne en un tono retador.

—Vamos a otro lado — Malfoy intento agarrarme la mano otra vez.

—Daphne, déjame a solas con Malfoy por favor, enseguida iré a nuestro cuarto — digo y ella asiente.

—Está bien, si no vienes en diez minutos bajaré a buscarte — advirtió.

—Que sean quince, ya vete, estaré bien — dije, Daphne me miró sonriendo..

—Nos vemos en el cuarto — se fue.

—Ahora sí dime, ¿De que quieres hablar, Malfoy?.

—Sé que eres buena amiga de Pansy Parkinson, mira yo solo quiero su amistad; pero ella no deja de mirarme e intentar hablarme, solo a pasado un día de clase, así que mejor será que le adviertas que deje de hacer eso.

—No soy tu mensajera — respondí.

—Tengo oídos en todas partes y se lo de tu madre y tu triste historia, si tú me ayudas a alejar, Pansy, te ayudo a averiguar quién era tu madre — dijo — ¿Trato hecho?.

La idea era tentadora, pero podía averiguar todo eso yo sola, aunque si necesitaría algo de ayuda, no sabía si aceptar o no, así que le respondí:

—Trato hecho, pero Pansy no debe enterarse de esto.

—De acuerdo, me alegra hacer negocios usted, pequeña Snape — dijo sonriendo.

*.*.*.

Al siguiente día me senté en el gran comedor con Draco y le expliqué lo de mi madre.

—Hasta ahora mi padre solo me ha dicho pocas cosas sobre ella: número uno, siempre quiso ir a Francia; número dos, ella era amable, pero a la vez era muy fría; número tres, según tiene mis ojos; número cuarto, era un amor prohibido, eso lo adivine cuando mi padre me dijo que ella y él debían estar alejados; número cinco, nunca le importo lo de la sangre... Es todo — dije.

—En resumen, fanática de Francia, amable de ojos bonitos como tú, obviamente — dijo que tengo ojos bonitos y yo no pude evitar sonrojarme ante eso — que tuvo un amor prohibido, que no le importa lo de la sangre.

—Si, exacto, la primera sospechosa para mí es la profesora Potter.

—La tía de la cabeza rajada de Potter, no lo creo, ¿Qué te hace pensar eso?

—Ella viajo a Francia, es amable, y no le importa la sangre — respondí segura.

—Le faltó ojos bonitos y amor prohibido... — dijo.

—Hay que buscar estudiantes de esa época, en que mi padre estudio, así podré tener más sospechosas.

—¿Por qué siento que te estás obsesionando con eso? — Pansy se acercó a nosotros.

—Draco, hola; quería saber si podemos sentarnos juntos en la clase de Encantamientos.

—Me sentaré con Lilian Snape, de hecho pasaré todo el día con ella ¿Verdad? — yo solo asentí nerviosa.

Te Seguiré Amando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora