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—Hola, Draco — saludé.

—Hola — respondió fríamente.

—Que bueno que viniste Draco — hubo un largo silencio — bueno, vayan a bailar o a caminar, es una fiesta, vayan a divertirse — dijo la profesora.

—Lo siento, debo irme, solo vine a felicitarla, mis papás me dijeron que llegue temprano — dijo Draco.

—Yo también me iré pronto, profesora, mi papá está por llegar — dije.

—Esta bien, pero deberían aprovechar que son jóvenes — dijo sonriendo.

—Ya debo irme profesora, felicidades por su boda — dijo Draco y se dio media vuelta, yo lo seguí.

—¿Qué pasa?, ¿Por qué me estás ignorando? — pregunté.

—Debo irme a casa, lo siento — respondió.

—Draco, no me ignores, ¿Qué se supone que está pasando ahora? — pregunté.

—No pasa nada, solo debo irme — dijo y se fue. Yo me quedé parada, no entendía porque se comportaba de esa manera.

Me fui a sentar a mi mesa, donde estaba Fred, no le dije nada, no quería hablar.

—¿Qué tal te fue con Draco? — preguntó.

—Bien — mentí — tuvo que irse.

—Que mala suerte, ahora solo podrás hablar con el aburrido de Fred Weasley — dijo.

—No eres aburrido.

—Muy, muy en el fondo si lo soy — confesó.

—No te creo, pero fingire que que sí — dije.

—¿Ya te irás? — preguntó.

—Mi papá aún no llega, que raro — dije.

—Si, raro — se quedó callado — Lilian, tengo algo que decirte, tenía que decírtelo mientras bailabamos, pero llegó Draco.

—Ah, sí, ya recuerdo. Te escucho — pregunté.

—Pues... espero que vengas a mi tienda, me gustaría que la veas y que en un futuro seamos socios — dijo riendo.

—Acepto lo de ser socios — dije y sonreí.

Nos quedamos callados un rato, sin dejar de mirarnos, él se acercó más, pude sentir su respiración muy cerca, pero lo detuve antes de que siga acercándose.

—Lo siento — dijo y miro a otro lado, estaba levemente sonrojado.

—Yo... — suspiré — eres mi mejor amigo Fred, eres como un hermano para mí — dije, volteé a ver a otro lado, mi papá ya había llegado, estaba hablando con la profesora Potter y el profesor Lupín — debo irme, mi papá ya llegó.

—Sí, está bien — dijo. Me levanté del asiento.

Me acerque a la profesora Potter y al profesor Lupín.

—Lilian, es hora de irnos — dijo cuando notó que estaba ahí.

—Sí, ya debo irme, profesora, la veré en Hogwarts — dije.

—Gracias por venir Lilian — dijo y me dió un abrazo.

—Hanna tenía muchas ganas de verte, gracias por haber venido — dijo el profesor Lupín y me dió la mano.

—Tenía que venir, era su boda, no podía fallarles — dije.

—Hasta pronto, Lilian. Te veo en Hogwarts, Severus — dijo y mi papá solo le dio la mano, me dí media vuelta y me fui con mi papá.

Te Seguiré Amando  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora