77.

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Al siguiente día, desperté y me cambie de ropa. Salí del cuarto y camine al cuarto de Draco, toque la puerta.

—Puedes pasar esta abierto — entre al cuarto.

—Hola Draco — saludé.

—Hola Lilian — contestó — ¿Cómo amaneciste?

—Bien, y... ¿Tú?

—Bien, ¿Quieres hacer algo? — preguntó.

—¿Tienes algo planeado? — pregunté.

—Pensaba en que podíamos ir a caminar por el jardín un rato a relajarnos — dijo.

—Me agrada la idea — dije.

—Entonces... enseguida bajo, tengo algo que haces — dijo.

—Te espero abajo — sonreí y me fui.

Espere solo un rato y Draco bajo.

—Ya vamos — dije — estoy emocionada, vi que tienen rosales en tu jardín.

—De hecho hay muchas flores, los rosales son lindos — dijo y sonrió. Me agarro la mano y entrelazando nuestros dedos.

—Entonces quiero ver todo tu jardín — dije sonriendo.

Después de tanto, sentía como si la felicidad hubiera regresado a nosotros, me sentía otra vez como si tuviera trece o catorce años.

Draco tenía razón, habían flores muy hermosas, bien cuidadas, simplemente ese jardín era como estar en el paraíso.

—Todo es muy hermoso, me enamore de tu jardín — dije.

—Gracias, por lo general mi mamá es la que cuida todas las flores, yo solo le ayudo a veces.

—Pues me encanta, además si tu ayudas, también debes hacer un buen trabajo — dije.

—Gracias, otra vez — dijo.

Caminamos un rato y después nos sentamos en una banca que estaba ahí. Yo había llevado un libro, era de romance y Draco me pidió que lo lea, él recostó su cabeza sobre mi hombro y comencé a leer.

Así nos quedamos un largo rato, ya no queríamos irnos.

—Lilian — me interrumpió.

—¿Qué pasa? — pregunté.

—Tú ya sabes todo, y desde hace tiempo me estoy preguntando, ¿Estás segura de que quieres estar conmigo? — preguntó.

—Sabes mi respuesta — dije.

—¿Y eso que significa? — preguntó.

—Que no mi importa nada, yo te amo, y estaré contigo en las buenas y en las malas — contesté.

—Pero te olvidas de algo — dijo.

—¿De qué? — pregunté.

—De que debo asesinar a alguien, y ese alguien es Dumbledore — dijo con la voz quebrada y suspiró.

—Tú no harás eso.

—Sí yo no lo hago, lo hará tú padre — respondió.

—Ni tú, ni mi padre asesinaran a nadie — dije — esto acabará pronto, tengo un buen presentimiento.

—Yo no tengo el mismo presentimiento, siento que todo esta saliendo mal, ni siquiera puedo reparar un maldito armario — dijo algo enojado y se levanto de la banca.

—Tranquilo, todo saldrá bien, el armario ya está... ya estará bien, lo repararemos — dije y lo seguí.

Me pare en frente de él, puse mis manos en sus mejillas.

Te Seguiré Amando  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora