¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_______________________________________
— ¿Te crees alguien importante para siquiera contestarme a mi?
— Me creo lo suficiente como para tratar con gente como vos. _______________________________________
— Creo que este es el aula —el de ojos claros señaló una puerta donde había un cartel que ponía cinematografía. Valesk tomó una bocanada de aire después de haber recorrido todos los pasillos de la facultad buscando la clase.
— No me jodas Juani, yo también se leer boludo —Matías estaba igual de falto de aire y molesto, ya que supuestamente el nombrado sabía donde quedaba la clase desde un principio.
Spoiler, no lo sabía. Juani solo les hacía creer que sabía donde estaba para no tener que preguntar a nadie, ya que como él dice, 'nunca se debe de necesitar ayuda, y menos de los Chetas'. Por lo que estuvieron dando vueltas por todo el edificio en busca de la primera clase que tenían, llegando tarde unos diez minutos.
Encontraron la clase por pura suerte, ya que desde un principio Juani no iba a pasar por ese pasillo, pero unos posters captaron su atención y decidió pasar por ahí. Pero eso mejor se lo quedaba para él, prefería quedarse el mérito de haberla encontrado él solo.
— Tocar —ordenó la chica mirando a ambos.
— Que lo haga Mati, yo encontré la clase —se echó para atrás alejándose de la puerta.
— ¿Yo por qué? —se quejó el castaño.
— Porque sí, Juani encontró la clase, te toca a vos tocar la puerta —le explicó con obviedad Valesk.
— ¿Y vos qué? No hiciste nada —se volvió a quejar. La chica resopló.
— Vale, juguemos —Valesk se acercó a su amigo, y ambos alzaron sus manos.
— Piedra... Papel... O tijeras —agitaron sus manos para después ambos sacar sus manos en forma de tijeras. Empate.
— La que estáis liando para tocar a una puerta —refunfuñó el de rizos.
— Piedra... Papel... —fueron cortados por el sonido de la puerta abriéndose.
El trio miró con sorpresa al adulto que los veía confuso, para después poner una sonrisa en su rostro, haciendo que sus ojos se hicieran más pequeños de lo que ya lo hacían sus gafas.
