𝟬𝟯𝟵

85 16 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


















































_______________________________________

— Te voy a echar mucho de menos.

— Y yo a ti. Te quiero, ¿vale? No lo olvides porfa.
_______________________________________















































Pasajeros con destino a España deben de ir hacia la puerta 45, muchas gracias.

La voz de una mujer resonaba por todo el aeropuerto. Era la segunda vez que anunciaban el vuelo del de ojos claros, que se encontraba con su familia sin parar de volver el pie de los nervios.

— ¿Por qué no te vas ya? —inquirió su madre—. Podés perder el vuelo.

— Tengo que esperar a Valesk —le repitió por cuarta vez cansado.

— Que pesado con esa Marginada —murmuró con asco la matriarca.

Ni en el último día lo dejaría tranquilo, o dejaría esos humos que tiene hacia Valesk de lado. Estaba más insoportable que nunca.

— ¿Seguro que vienen hijo? —su padre preguntó mientras miraba su reloj.

— Sí, sí, me dijo que vendría —Felipe recolocó a su hermana en sus brazos, desde que se enteró que se iba ha estado todo el rato pegada a él abrazándolo.

— ¿Viene la chica misteriosa? —así había apodado su hermana pequeña a Valesk.

— Sí —le contestó el chico con una sonrisa.

— No va a venir —habló la matriarca con enojo.

Felipe decidió ignorarla, ya que sabía que era lo mejor, no iba a gastar saliva discutiendo con ella. No valía la pena.

De un momento a otro se empezó a escuchar mucho ruido a la lejanía, y cada vez se iba escuchando más cerca.

— ¡Perdón! —esa voz era la de su novia.

— ¡Quitese del medio señora! —esa voz ya le empezó a extrañar.

— ¡Rodri! —la voz de Juani resonó regañando al chico.

— ¡Lo siento es que tenemos que despedirnos! —Felipe creyó escuchar la voz de Lupita.

— ¿Pero qué...? —la voz de la matriarca fue cortada ante la aparición del pequeño grupo de cinco amigos de la chica, más Blas y Lupita.

Mundos diferentes | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora