𝟬𝟮𝟱

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— Que boludo que sos.

— Sabía que no podía confiar en vos.
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Valesk todavía asombrada de las vista salió del coche para acercarse lo máximo posible al bordillo, apoyando sus manos en la barandilla de madera que la separaba de la arena.

— ¿Te gusta? —Felipe la siguió colocándose a su lado.

— Me re encanta —murmuró sin apartar la mirada del mar.

Era de un tono azul clarito, veía como había pequeñas olas que rompían en la orilla dejando salir un sonido espectacular. Además, también había un olor a arena mojada y a sal.

— Se que no es nada del otro mundo, pero como dijiste que nunca viste el mar, vi perfecta esta oportunidad —Valesk no lo pensó y se lanzó a los brazos del chico rodeando con sus brazos el cuello del chico, escondiendo su cara en su cuello.

— Muchas gracias Felipe —murmuró siendo recibida por los brazos del chico que la apretaba contra él.

— Vení, te voy a enseñar todo —Felipe agarró la mano de la chica para tirar de ella.

La llevó hasta la cabaña donde estarían para entrar en ella, volviendo a hacer que la chica se asombrase de nuevo. Nunca había visto una cabaña, pero sabía que esas tenían que ser de las más lujosa.

— Es de mi familia, siempre venimos en verano —le explicó el chico.

Felipe llevaba a arrastra a la chica por toda la casa, enseñándole todos los rincones, ya que iban a estar allí hasta el domingo. También le enseñó donde dormiría ella, que sería la habitación propia de él, mientras que él se iría a la de su hermano.

— ¿Hasta acá sos futbolero? —le preguntó la chica cuando vio los diferentes pósters en la pared.

— Obvio que sí —dijo con una gran sonrisa—. Eso se lleva en la sangre —la chica rodó los ojos de manera burlona.

— Te voy a enseñar ahora lo mejor —Felipe volvió a agarrar la mano de la chica.

Cuando ambos tocaban sus manos una corriente eléctrica recorría sus cuerpos, pero no era molesta, sino una que hacía que una gran sonrisa surcase sus rostros. Eran dos jóvenes que le gustaban al otro, pero ninguno se decidía a dar el paso.

Mundos diferentes | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora