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— Porque... Porque son bonitos. Es un azul re claro, me recuerda al mar, y eso que nunca lo vi.
— Yo sí. Y puedo decir que lo bonito que es no supera a lo bonita que sos vos. _______________________________________
— Y... ¿Qué te pasó? —rompió el silencio la chica después de llevar una patata frita a su boca.
— Solo me levanté de mal humor —le restó importancia después de darle un mordisco a su hamburguesa—. Y ya después muchas cosas se iban uniendo haciendo que mi enfado aumentase.
— ¿Se puede saber esas cosas? —preguntó curiosa.
Encogió sus hombros—. Mi mamá pilló la ropa que me diste para la fiesta y me empezó a cuestionar todo.
— Es tu vieja, es normal que se preocupe —la chica le restó importancia.
— Ya, pero nunca lo hace —dijo con dureza mirando a la chica.
— Perdón —murmuró con pena—. No quise... No quise meterme, es tu vieja, vos la conocés.
— No, no, tranqui —Felipe le dio una sonrisa tranquilizadora—. Solo que al pensar lo de hoy me pongo caliente —Valesk le devolvió la sonrisa—. Después estaba Lupita que me empezó a comer la cabeza de que estaba raro, y ahora tenía una cena con mi familia y los amigos de la familia, o sea, la de Lupita y Jorge —explicó.
— ¿De ahí es de dónde te saqué? —le preguntó de manera burlona.
— Efectivamente —ambos rieron mientras comían—. Lupita le contó a Jorge lo que pasó hoy en clase, y estuvo en la cena echándome cosas en cara y yo me estaba cansando.
Ambos quedaron en silencio mirando las vistas frente a ellos, mientras seguían comiendo sus hamburguesas.
— ¿Estás abierto a opiniones? —Valesk rompió el silencio.
— Sorprendeme.
— Jorge me cae re mal y Lupita igual —Felipe río.
— Empezás re bien eh.
— Shh, dejame seguir —lo mandó a callar—. Me caen como la mierda, pero se que a vos no, son tus amigos desde la infancia, son los que te han acompañado a todos lados, a hacer tanto cosas buenas como malas —Felipe miraba con sorpresa a la chica, que hablaba con su mirada fija en la ciudad—. Siempre hay peleas en la amistad, ninguna es perfecta, no la pierdas.
