Capítulo 11

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Sergio le había mandado un mensaje a Max para saber si le había entregado su parte del trabajo a Lando

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Sergio le había mandado un mensaje a Max para saber si le había entregado su parte del trabajo a Lando. En verdad, no quería problemas, el conflicto que ellos tengan con sus amigos no debería afectarlo porque él no les hizo nada. Max comenzó a sacar plástica y le respondía. Siempre se supo desenvolver con gente de su edad y con los mayores; También era parte fundamental como hijo de un político.

Sergiop11

Oye, Max, me gustaría seguir platicando contigo, pero ya son las siete con cincuenta minutos y en diez minutos pasan por mí para irme a cenar, así que cuídate. A ver qué día seguimos platicando.

Enviado a las 19:50

Mientras él conversaba con Max, se estaba alistado, pues tendría su primera cita con Carlos y habían quedado en verso a las ocho. Llevaba puesto una sudadera oversize gris, unas sartenes blanco y unos tenis grises para combinar la sudadera.

—Salió de su habitación y se encontró a George —Hola, George, voy a salir esta noche—. Le informó a su amigo, se comenzó a decir a dónde iban nada más para saber dónde estaban.

—¿Y a dónde irías? —cuestionó el británico—. Espera, ¿tendrás una cita? —El británico puso una sonrisa coqueta.

—Sergio se sonrojó de inmediato —Sí—informó el mexicano—. Nadie, además de Lance, sabía lo que tenía con Carlos, aún no estaban listos —tenían que aclarar sus sentimientos —para después decirles si estaban en una relación o dejarlo en el olvido.

—¿Qué bien y lo conozco? Y si no lo conozco, ¿de dónde lo conoces tú? —George era testarudo y más para este tipo de cosas nada se le escapaba.

—Solo si me dices qué sucedió después de leer la carta —dijo con una sonrisa en la cara.

—Golpe bajo, enano —George estaba indignado, como era posible que su amigo, fuera capaz de decir semejante cosa.

—¿Cómo me llamaste, pendejo? —Ahora el indignado era Sergio, si él era de los más chaparros en ese lugar, pero jamás alguien se lo dijo en la cara.

—¿Pendejo? —El británico estaba desconcertado, jamás escuchó esa palabra.

—Sí, pendejo —afirmó el tapatío.

—¿Y eso qué significa? —preguntó con mucha curiosidad el ojiverde.

—Sergio, vio, aquella oportunidad de apendejarlo —significa inteligente —decía seguro de sí mismo —, en el fondo quería soltar una carcajada.

—En serio, ¿eso significa? A mí no me suena a algo inteligente —me suena más a insulto —pensó el rubio.

—Te prometo que sí, de hecho, en la escuela la suelen utilizar mucho. Cuando le dices a una persona, eres muy pendejo —. Sergio puso su mejor cara de inocencia.

La Madrastra II Cherlos II ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora