Capítulo 1

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Había llegado al internado Winchester College uno de los mejores internados del Reino Unido, era un internado completamente masculino, las instalaciones parecían sacadas de una película de Hollywood, pero era muy bonita la ciudad

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Había llegado al internado Winchester College uno de los mejores internados del Reino Unido, era un internado completamente masculino, las instalaciones parecían sacadas de una película de Hollywood, pero era muy bonita la ciudad.

—Hola, buenos días, mi nombre es Sergio Michael Pérez Mendoza, soy de intercambio— decía mostrado su mejor sonrisa.

Sergio iba acompañado de uno de los guardaespaldas de su padre, se encontraban en el departamento de intercambio donde le brindarían su horario de clases y el número de habitación donde se quedaría. El internado Winchester Collage tenía residencias para sus estudiantes, por lo que no se les permitía salir del campus, al menos que muestren una carta por escrito en que los padres del alumno autorizan la salida del campus de su hijo. Por lo que la institución no se hace responsable si les llega a pasar algo a sus hijos.

—Hola, mucho gusto, Sergio. Mi nombre es la Sra. McAdams y soy la encargada de intercambio. En esta carpeta se encuentra toda la información que requieras—. La trabajadora le extendió la carpeta—. Cualquier duda que tengas, no dudes en venir a preguntar. Que tengas un excelente día.

Por la mente de Michel solo pensaba: ¿Dónde rayos están los adultos cuando se necesitan? Claramente, el guardaespaldas no cuenta, solamente está con él para llevarle su equipaje y abandonarlo en ese internado. Sergio miró la hoja donde venía su horario y su primera clase comenzaba en una hora. Tiempo suficiente para localizar el departamento que se le había asignado y dejar su equipaje. Quince minutos después encontró la habitación y su guardaespaldas se retiró, no sin antes dejarle, dinero y una tarjeta de crédito.

—Hola— se escuchó una voz en la habitación, por lo que Sergio brincó del susto.

—Qué susto —dijo Sergio un poco exaltado—. Acaso no sabes que no debes hablarle a una persona de esa manera, te imaginas que tenga problemas en corazón y muera de un infarto —decía Sergio molesto.

—Que DramaQueen eres, me gusta, soy George—decía aquel chico extendiendo la mano.

Sergio aceptó el saludo y, por inercia, abrazó a George—. A un gusto, me llamo Sergio, pero dime Checo.

—¿Por qué el abrazo? —preguntó Russell—. Era curioso la forma en que lo saludó, jamás había visto que saludaran de esa manera, pero no quería ser mal educado y aventar al chico lejos de él, así que mejor decidió preguntar la razón del abrazo.

—¿Cómo que por qué? —así se saluda, das la mano y abrazas así de simple— Checo miraba a Russell como un bicho extraña y George no se quedaba atrás.

—Pues déjame decirte Ceco, que aquí no hacemos esto, solo se da la mano—menciono Russell—debo de admitir que no extraño, sin embargo, no lo hagas con personas desconocidas o podría terminar muy mal—. A consejo, Russell.

—Es Checo, no Ceco, y gracias por la advertencia, George— se estaba comenzando a frustrar. Era su primer día en Londres y ya estaba teniendo choques culturales, solo es un simple saludo que más daba.

La Madrastra II Cherlos II ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora