Sergio Michel Pérez Mendoza, es hijo de uno de los políticos más importantes de México. A la edad de trece años, se fue al extranjero para terminar sus estudios académicos. Tenía uno de los mejores promedios y los recursos necesarios para llegar a u...
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— ¡Vacaciones! —todos los alumnos gritaban de alegría.
La semana de exámenes se había terminado y era momento de regresar a sus casas o, de lo contrario, quedarse en el internado con las posibilidades de salir del campus.
—¿Ser y a dónde te irás a México? —le preguntó Lance al mexicano —. Estaban a las afueras del internado, pues los carros estaban llegando por muchos alumnos.
—Esa es la idea —respondió con algo de tristeza—. Los voy a extrañar —Sergio abrazó a todos sus amigos.
—El primero por el que llegaron fue George — Hagamos una promesa —dijo antes de subirse a la camioneta — en estas vacaciones nadie tomaría ninguna gota de alcohol y cuando regresemos traeremos una oculta y la probaremos todos al mismo tiempo — ninguno de los cinco había probado ninguna gota de alcohol.
—Trato —los cinco tenían una sonrisa de complicidad.
Así fueron pasando los minutos hasta que solo quedaron Lance, Sergio y Carlos.
—Ya todos se fueron —el canadiense les dio una risa traviesa.
—Cierra la boca, Lance —Sergio entrelazó la mano de su novio.
—Lance, miro la acción, iba a disfrutar el momento —. ¿Ustedes ya hicieron duro contra el muro? —preguntó con aparente inocencia.
—Stroll —ambos estaban rojos por el comentario de su amigo.
—¿Qué? No deben de sentirse avergonzados por hacer algún acto sexual.
—Para, por favor —Carlos se podía sentir abochornado.
—Oh, no te creo —Lance se tapó la boca —. Ustedes van a utilizar los condones que nos dieron en la clase de educación sexual.
—Sergio lo golpeó en el hombro —. Ya basta y mejor llama a tu chofer para saber por qué se tarda tanto.
—Ya no debe de tardar —miraba la hora —. Pero recuerden siempre con protección, ninguno sabe si sus padres o algún familiar tienen la genética para quedar embarazado — Lance lo dijo serio.
—En mi familia nunca hubo ningún hombre con ese gen, así que supongo que yo no puedo quedarme embarazado, pero nunca se descarta —dijo con certeza el español.
—Creo que solo escuchaste esa parte de la plática, amor —Sergio miraba a su novio —. Si algún familiar tiene ese gen, puede pasarlo en sus futuras generaciones, lo que incrementa el porcentaje de tener un embarazo masculino; sin embargo, cualquier hombre puede quedar embarazado solo que la posibilidad es nula.
—Buena o mala suerte —mencionó el canadiense —. Yo creo que es mala suerte, porque corre riesgo de un aborto espontáneo o la muerte del bebe y el padre.
—Hay muchos hombres que quieren estar embarazados —Carlos miraba al mexicano de reojo—. Algunos también se hacen tratamientos para incrementar el porcentaje.
