༻ 𝟐:𝐸𝑙 𝑠𝑜𝑙༺

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Su presencia imponía respeto y autoridad. Sus pasos eran cortos pero eran lo suficientemente fuertes como para saber que estaba cerca. Todos abrían paso, todos se alejaban, todos le tenían miedo.

El era, Umeji Kizuguchi.

Por ahora, el líder de los vándalos en la Academia. El era temido por todos al ser un vándalo, y por lo tanto, unos de los causantes de bullying en la Academia, junto a Musume y sus amigas claro. Aunque estos no trabajarán juntos, a veces solían tener sus acuerdos.

Caminaba junto a su grupo de vándalos, los cuales siempre adoraban a su líder. Claro, de forma callada ya que Umeji no estaba muy feliz el día de hoy. Había tenido una discusión con Aiko, su mamá, la cual como todo el tiempo debía ir a trabajar y no se quedaría para el cumpleaños de Umeji. Y, aunque pensándolo bien, su mamá nunca estuvo para sus cumpleaños, y por esas razones terminaron discutiendo.

Umeji hizo su rutina de todos los días. Se cambió sus zapatos, y se fue a la parte del incinerador para estar con sus amigos. Ellos hablaban entre si, mientras Umeji permanecía callado.

Un dulce olor a cerezas empezó a llegar cerca del lugar. Los vándalos, excepto Umeji, aullaron como locos al saber de quien se trataba. A pasos rápidos y con la cabeza agachada, paso Shin Higaku, el omega que todos los alfas querían.

Umeji no podía negar que su olor era muy bueno, que podía volverlo loco y estuviera con el por mucho tiempo, pero, ahora no quería un omega, o por lo menos el pensaba. Aquel olor fue como si se hubiera metido en sus sentidos, y quisiera tomar y marcar a aquel omega el cual lo volvía loco en sus sueños. Claro, en la vida real sería algo muy diferente, por lo que no dejaría salir a la luz sus más urgidos deseos por ese omega.

Como era de esperarse, los vándalos molestaron a Shin, y este simplemente paso de largo.

—Vamos amigo, ese omega si que es bueno—Dijo Hayanari, para darle un codazo a Gaku.

—Bueno?, más que bueno!, a ese omega casi todos los alfas de esta Academia lo desean!.

—Dejen de hablar puras mierdas—Dijo Umeji, queriendo que sus amigos se callaran la boca.

—Por favor, no has visto al, refinado e intachable líder del club de Artes marciales?, cada vez que lo ve se le cae la baba—Dijo Hokuto, para empezar a reír.

—No sólo el, no se por qué ningún alfa hace nada. Si yo tuviera la oportunidad de cogermelo y marcarlo, no lo dudo dos veces—Dijo Dairoku, para que sus amigos le dieran la razón.

—Así siempre dices, pero eres un cagón—Dijo Umeji, para reírse de el.

Los demás también lo hicieron, y así pasaron el día, hasta que se hizo la ropa de la salida, todos los estudiantes abandonaban la Academia a pasos lentos. Y entre ellos estaba Shin, el cual pasaba por la misma ruta que conocía para ir a la Academia, claro, por el varios alfas volteaban para poder decirles aquellas cosas a las cuales el estaba acostumbrado. Umeji tenía que comprar algo, por lo que había ido en esa misma dirección, sintiéndose desesperado por todos esos alfas que no paraban de ver a el omega, el se sentía raro.

Acaso estaría celoso?, no, no podía ser eso.

—Vaya, pero que tenemos aquí?, un lindo omega—Escucho a lo lejos, para ver cómo tres alfas se acercaban a Shin.

—P-por favor no me hagan nada—Dijo Shin, para taparse su cuello y mirar con miedo a los tres alfas.

—Tranquilo, tranquilo, seremos muy cuidadosos, o, quizás no—Dijo el segundo alfa, para agarrar a Shin del brazo.

Umeji se acercó corriendo a ellos, para sacar su bate, y pararse en una pose de batalla.

—Sueltenlo—Dijo con voz ronca—¡¿No me escucharon?!, ¡Que lo suelten ahora mismo! —Esta vez, amenazó con su voz de mando.

¿O que nos va a pasar maldito entrometido? —Dijo uno de los alfas, para acercarse a Umeji.

Este no lo pensó dos veces, en un golpe certero en la cara dejó inconsciente en el piso al alfa. Los otros al verlo, dejaron en paz a Shin para salir corriendo de ahí. Shin miro a Umeji, y corrió hasta donde estaba para aferrarse a el en un abrazo.

—G-gracias... —Dijo en un pequeño susurro, mientras lágrimas caían por sus mejillas del miedo que había sentido.

—De... Nada—Dijo Umeji un poco nervioso.

No era algo normal, el omega más codiciado de la Academia lo estaba abrazando. Y además de eso, pudo sentir su olor más fuerte, haciendo que se sintiera más provocado por el pequeño omega que estaba con el. Ahora mismo, debía tener el mayor autocontrol posible, así que se separó del omega y guardo su arma, para arrastrar al alfa hasta un callejón vacío, en donde simplemente lo dejó y se fue.

Shin fue detrás de él, Umeji lo miro confundido.

—¿A donde vas? —Pregunto Shin, para mirar a umeji a los ojos.

—A una tienda, y tu?, ¿Por que vas detrás de mi?.

—Yo vivo cerca de aquí—Dijo Shin, para ponerse al lado de Umeji—Me gustan tus ojos, me hacen recordar al sol—Dijo Shin, con una sonrisa.

—Gracias? —Dijo Umeji, para seguir caminando—A mí me gusta tu collar, solo eso.

—Gracias—Dijo Shin, para sonreír—Bueno, yo voy por esa calle... Gracias por defenderme, de verdad gracias, espero que nos volvamos a ver...

—Umeji, Umeji Kizuguchi—Dijo Umeji, para mantener su postura.

—Yo soy Shin, Shin Higaku—Dijo Shin alegre, para despedirse de Umeji.

Este se quedó mirando como el omega se iba lentamente y se perdía entre las calles. Para recordar lo que hace un rato, y sentirse incómodo.

—Eres raro, Shin...

❁𝑂𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝐷𝑒 𝑇𝑒𝑛𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora