Ya se había hecho la hora de la salida, y Daku fue a cambiarse sus zapatos. Sin esperar más, abrió su casillero, y de este se resbaló una carta. Se agachó, tomando aquella carta para leerla, dándose cuenta que se trataba de una situación debajo del conocido cerezo de la Academia.
La letra se le hacía algo familiar, pero no podía recordar en donde la había visto. Miro la hora que estaba en la carta, y luego miro la hora en su teléfono, para saber así que debía apresurarse si quería saber de quien se trataba.
Sin más, salió corriendo hacia el cerezo. Sus piernas estaban cansadas por todo lo que tuvo que hacer en el horario de limpieza, pero aún así debía apresurarse, mientras rogaba para que esto no fuera una mala broma y hubiera desperdiciado su tiempo en vano. Ya casi llegaba, tan sólo faltaba que subiera aquella colina, y reunio todas sus fuerzas para seguir corriendo.
Detrás del gran tronco del cerezo, estaba Chojo. Este se abrazaba a si mismo, mientras temblaba de los nervios. Se levantó, intentando mentalizarse para salir de su escondite, pero no podía, sentía que su corazón se saldría de su pecho y que su miedo a ser rechazado crecía cada vez más dentro de él.
—¿Hola?... Hum... Supongo que fue una broma—Dijo Daku, para darse media vuelta.
—¡D-daku! —El beta, al escuchar su nombre, se dio vuelta, para ver así a Chojo.
—¿C-chojo? —Dijo Daku, mientras sentía que el valor invadía su rostro, mirando a su amigo el cual estaba peor que un tomate.
—Si... —Chojo se acercó a el, para suspirar, e intentar dejar salir todas esas emociones reprimidas durante mucho tiempo—¡T-t-tu me gustas mucho! —Dijo sin evitar tartamudear—Y-y... M-me gustaría estar junto a ti... S-ser tu omega y tu pareja... ¡P-por favor no me rechaces!.
Daku parecía estar en algún tipo de trance. No podía creer lo que estaba escuchando, ¡Su mejor amigo se le estaba declarando! Eso era raro para el, era la primera vez que alguien se le declaraba, y no sabía cómo reaccionar ante las palabras del omega. Chojo chillo asustado, sabía que eso iba a pasar, y por eso prefería haberse quedado totalmente callado y nunca decir nada, paso una mano por la cara de Daku, para suspirar con tristeza.
—L-lo siento... Perdón, se que te h-hice perder tu... —No pudo formular más palabras, por que Daku lo había atrapado en un abrazo.
—Tranquilo... Yo... Yo aceptó tus sentimientos—Al escuchar eso, Chojo fue el que quedó en shock ahora.
Ambos se separaron, mirándose a los ojos, sintiendo una fuerte conexión a pesar de que entre betas y omegas no existan lazos o destinados... O al menos así lo decía la gente. En un rápido movimiento, Chojo dejó un pequeño y casto beso en los labios de su ahora pareja.
Chojo estaba muy feliz, más de lo que podía imaginar, y Daku, el por su parte estaba feliz de ver a su ahora omega lleno de felicidad con una sonrisa.
Sin duda alguna eran del uno, para el otro.
[🌙☀🌙]
Shin y Umeji estaban caminando por el parque. Umeji lo había llevado a comer helado, y Shin sin chistar cedió, además de que tenía antojo de uno. Iban agarrados de manos, mientras Umeji sonreía. Tenía al omega que más amaba junto a él, y pronto tendría un hijo, y eso era algo realmente hermoso para el.
Pero en cambio, Shin se veía algo ido, pues se mantenía ajeno a las palabras de Umeji y a sus acciones, y ahí fue cuando el alfa pudo deducir que algo estaba mal.
Se sentaron en una banca, y Shin apretó la mano de su alfa, intentando reunir el valor para decirle lo que había pasado en la casa de Budo, pero... Pero no podía. Sentía que las lágrimas amenazaban con salir y que se tiraría al piso a llorar mientras pedía que solo hubiese sido una fea pesadilla, pero era su realidad... Y debía decírselo a Umeji. Por suerte su bebé estaba bien, y no quería que algo como esto volviera a ocurrir... Por lo que tomaría una drástica decisión.
Dejar que Umeji lo marcara.
Después de un rato, ambos yacían caminando en dirección a la casa del omega. Umeji iba a dejarlo en la puerta de su casa, pero antes de poder irse, Shin lo tomó de la mano, evitando que se fuera.
—¿Puedes quedarte hoy? Mi mamá no está, y no quiero estar solo—Dijo Shin, mientras apretaba la mano de su alfa.
—¿Estas seguro? No traje ropa y...
—Hace unos días vino un primo y dejó algo de ropa, el es un beta, pero es casi de tu tamaño, supongo que la ropa debe quedarte. Por favor, solo por esta noche, si? —Dijo Shin, el cual apretaba aún más fuerte las manos de su alfa, suplicando que este se quedará.
Umeji cedió, por lo que entró y se dio una ducha junto a su omega, para ponerse aquella ropa y así poder pasar la noche junto a su omega. Le mando un mensaje a su mamá, para que esta no se preocupara y se sentó en la cama junto a su omega, el cual jugaba con sus dedos.
—¿Sucede algo? Desde esta mañana te noto... Diferente—Dijo Umeji, mirando con algo de confusión a su omega.
—Umeji... He estado pensando en algo serio... Y-y, creo que ya sería hora de que... Me marcaras—Al escuchar eso, los ojos de Umeji brillaron, pero después lo meditó un poco.
Algo tenía que haber pasado para que su omega le pidiera eso...
—Shin, te voy a hacer una pregunta y me vas a responder con la verdad—Dijo Umeji, mientras tomaba las manos de su omega y las apretaba levemente, intentando causarle algo de seguridad a su pequeño chico—¿Por qué me pides esto tan de pronto? ¿Que pasó?.
ESTÁS LEYENDO
❁𝑂𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝐷𝑒 𝑇𝑒𝑛𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 ❁
Hayran Kurguel es Shin Higaku, un omega de 18 años con un fuerte olor a cerezas. el es Umeji Kizuguchi, un alfa con un fuerte olor a menta loco por el omega. que pasaría si llegaran a estar unidos?