Era domingo, por lo que hoy Shin se debía despertar tarde como siempre lo hacía los domingos. Pero algo lo había levantado temprano, y ese algo era la visita de su celo.
Se sentía caliente, su vista estaba completamente nublada y se sentía a morir por un par de caricias ajenas. Abrazaba a su almohada con fuerza, mientras enredaba sus piernas en ella. Los pequeños roces que esta almohada tenía en la entrepierna de Shin, lo hacía enloquecer. Empezó a restregarse contra esa almohada, sintiendo una necesidad inminente y las caricias de un alfa, mientras gemia queriendo más y moviendo sus caderas más rápido para sentir aún más aquellos roces los cuales le causaban corrientes eléctricas por todo su cuerpo.
—Ngh~... Umeji... —Susurro, antes de soltar un sonoro gemido aún más comprometedor.
[🌙🌙🌙]
Hoy Keiko llevaría a algunos de sus amigos a su casa. Ella estaba interesada en que su hijo se comprometiera con alguien, por lo que ese día esa visita iba a llevar a sus tres hijos alfas, los cuales iban a ser las opciones de Shin por ese momento.
Apenas entraron, y el olor de Shin logró llegar a todos. Su olor era intenso, era igual que un dulce de cerezas junto a un toque vainilla, los cuales en pocos segundos lograron enloquecer a los tres alfas acompañantes, pero estos, simplemente disimularon, no querían quedar mal ante la señora Keiko.
—Oh no.. No, no puede ser... —Dijo Keiko, para darse una palmada en la frente.
—¿Q-que sucede señora Keiko? —Dijo uno de aquellos alfa.
—Acaba de entrar en celo...
[☀☀☀]
Umeji estaba acostado en su cama mientras jugaba a pegar una pelota de goma en el techo, esperando a que bajara para repetir la acción una y otra vez.
Desde lo que le dijo Shin el viernes, no había podido dejar de pensar en el. Y aún peor, su lobo no había pagado de decirle varias cosas.
"¡Omega!, ¡Cachorros!, ¡Mate!, ¡Reclamalo!, ¡Cerezas!".
Y entre otras cosas más las cuales molestaban a Umeji a diario. Él aún no estaba para tener un omega, no tenía trabajo, y en el ámbito de estudiar no era el mejor. Ni sabia nada sobre bebés también, así que no tendría como mantener a un omega y a un bebé, o peor aún, como cuidarlos. Por lo que suspiro frustrado.
Lo extraño...
Hablo su lobo con un toque de nostalgia, para sentir como bajaba sus orejitas y empezaba a chillar. Umeji suspiro cansado de tanto escuchar a su lobo, y se levantó de su cama para ir a darse un baño.
—Pronto lo veremos—Le respondió a su lobo, para meterse en el baño.
Justamente, a la habitación entró Aiko. Ese era su día de descanso, por lo que se pondría a lavar desde temprano. Tomó el uniforme de su hijo, pero un extraño olor que ni era el de el le llamó la atención, para tomar la camiseta que siempre usaba su hijo, y olfatearla, dándose cuenta del aroma de Shin.
—Ya entiendo por qué estabas rebelde estos últimos días...
[☀☀☀]
Umeji caminaba en compañia de Shin junto a la Academia. El olor de Shin era intenso, muy fuerte. Tanto que desesperaba a Umeji de una manera inimaginable. Su lobo aullaba y chillaba pidiendo contacto con aquel omega, diciéndole una y otra vez que lo ayudará en eso. Pero Umeji solo lo mandaba a callar en voz baja.
A tan sólo unas cuantas cuadras de la Academia, se encontraron a un alfa. El cual, a oler a Shin aullo como un loco, chiflandole al pequeño omega el cual solo quería pasar de largo. Umeji gruño, para tomar a Shin de la cintura y callar así al molesto alfa.
—Gracias.... —Susurro Shin, para mirar a Umeji, el cual se había sonrojado.
—Tks, deja de mirarme—Reclamo Umeji, para separarse de Shin.
Llegaron a la Academia y la rutina fue la misma, hasta que en su camino, se encontraron con varios alfas los cuales aullaron sin control por más dulces feromonas de Shin.
—Se comportan como unos cavernícolas—Dijo una voz ajena a los alfas, Umeji miro de quien se trataba, y se encontró con Budo Masuta, el líder del club de Artes marciales.
Este se acercó a Shin, para saludarlo y darle un abrazo en toda la cara de Umeji. Este gruño junto a su lobo, para dar un fuerte pisotón e irse del lado de Shin. Este se separó de Budo, para mirar como Umeji se iba.
El estaba celoso, ahora si sentía celos inigualables los cuales jugaban con su mente y sus sentimientos, no quería a Shin cerca de ningún alfa que no fuera el.
¡El es nuestro omega!, ¡De nosotros y de nadie más!.
Dijo el lobo de Umeji, para gruñir, haciendo gruñir a Umeji igual.
[🌙🌙🌙]
Ya casi era hora de la salida, Shin esperaba a Umeji, para poder irse junto a él. A su lugar de espera llegó Budo, el cual saludo a Shin y le hacía varias preguntas.
Justamente, llegó Umeji, para acercarse a Shin y ponerse en medio de estos dos.
—Aléjate—Dijo con un tono de voz grueso, con intenciones de intimidar a Budo.
—Es mejor que te alejes tu, Shin corre peligro estando cerca de ti—Dijo Budo, para mantenerse firme.
Umeji se hizo a un lado, y suspiro, para mirar a Shin el cual estaba un poco asustado.
—Yo lo defendí de tres alfas y lo llevo hasta su casa sano y salvo, y tu?... Bueno, tu solo le ves el trasero cuando está en clase de educación física, por lo que solo corre peligro estando cerca de ti—Shin pego un brinco, para esconderse detrás de Umeji, pidiendo protección—Aléjate, o si no tendrás problemas conmigo—Dijo Umeji, para quitarse su chaqueta, y en un acto amistoso se la puso a Shin en sus hombros, y se lo llevó de ahí.
A largos y rápidos, Umeji llevo a Shin hasta su casa, y este se despidió con un abrazo y un agradecimiento, para irse a su habitación, en donde estaría aún más seguro en esa época del mes.
Miro la chaqueta de Umeji que aún seguía en sus hombros, y sin esperar más, la tomó para olerla, inhalando el olor a menta y pinos que desprendía esta.
Su olor nos hace bien.
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❁𝑂𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝐷𝑒 𝑇𝑒𝑛𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 ❁
Fanfictionel es Shin Higaku, un omega de 18 años con un fuerte olor a cerezas. el es Umeji Kizuguchi, un alfa con un fuerte olor a menta loco por el omega. que pasaría si llegaran a estar unidos?