Capítulo 17: Miedo

94 13 4
                                    




Capítulo 17: Miedo

—¿Sabías que cuándo el profesor Vinsmoke te mira parece un pequeño cervatillo asustado?

—¿Eh? —Katakuri dirige sus ojos rojos a Robin y después mira discretamente por su periferia a Ichiji, el pelirrojo está sentado solo, a unas mesas atrás de ellos, bebiendo café y leyendo un libro.

—Pero es extraño...Difícil de definir. —ella dice remojando su sobre de té en la taza de agua caliente. —Su hermano nunca tuvo esa mirada hacía ti. Ni siquiera cuando recién se conocieron. Ya sabes, tu apariencia puede ser intimidante, pero a Sanji simplemente, no le importó.

—Yo era diferente en ese entonces.

—¿Diferente cómo?

Tú lo sabes.

—Ya tenías las cicatrices.

—Ojalará se tratará de las cicatrices.

—El cabello de Ichiji es lindo, ¿no crees?...—Robin se limpia de forma delicada los labios con su pañuelo.

Katakuri no sabe si ella lo está provocando, pero se limita. —Ellos tienen la misma cara, pero son muy diferentes. 

—¿Le dirás que estuviste comprometido con Sanji?

—¿Para qué?

—Creo que merece saberlo. Podrían haberse vuelto familia.

—El pasado, es pasado.

—¿Estás seguro de que tu pasado quedó atrás?...

—No ahora, por favor.

La conversación gira de forma plana en temas fáciles. Katakuri le dice que Pudding adopto un Golden Retriever, y Robin, siendo Robin, sonríe de forma misteriosa. —¿Sabías que el miedo de los animales es genético?, lo heredan de sus padres.

Katakuri asiente. —Si, es un fenómeno curioso.

—Las madres lo transmiten y dan a luz a hijos que saben, exactamente, que es lo que las asusta a ellas. Temen, incluso antes de saber exactamente a qué hay que temerle. En el caso de aves como los pollos, aprenden a evitar a los depredadores de esa manera.

Katakuri nota que Ichiji está leyendo El guardián entre el centeno.

—Y también se ha observado en ratas. Si las ratas experimentaron estrés durante su crianza, sus crías pueden heredar esa ansiedad y mostrar comportamientos nerviosos.

La mirada de Katakuri se desvía paulatinamente hacia el profesor Vinsmoke otra vez. No puede dejar de prestarle atención, cada pequeño movimiento suyo lo sigue como un niño curioso.

—¿Qué hay de los humanos?

Robin sonríe con una mezcla de intriga y compasión ante la pregunta de su amigo. —El otro día me topé con un artículo de la psiquiatra y neurocientífica Rachel Yehuda, publicado en 1992. Su objetivo era desentrañar el misterio detrás del aumento en la búsqueda de ayuda terapéutica entre los hijos de los sobrevivientes del Holocausto.

Las palabras de Robin resuenan en su mente, pero su atención está dividida entre la conversación y su propio conflicto interno.

—Resulta que estas personas experimentaban ansiedad y sensaciones negativas debido a las experiencias traumáticas de sus padres. Inicialmente, se creía que este malestar se debía al comportamiento aprendido de los progenitores, o al difícil entorno en el que los hijos crecieron. Sin embargo, Rachel planteó una hipótesis diferente, sugiriendo que podría haber una causa biológica en lugar de un simple aprendizaje conductual.

—En cierto sentido, no estamos tan lejos de los animales, aunque el proceso sea mucho más complejo para nosotros debido a nuestra conciencia. —Katakuri susurra.

Sora. La madre de Sanji se llamaba Sora, era rubia, hermosa, y en las fotografías tenía una deslumbrante sonrisa, pero Sanji parecía triste cuándo la recordaba.

—¿Qué resultado obtuvo su investigación? 

—Ummm —Robin tararea después de dar un sorbo a su té y saborear la explosión de frutos rojos en su paladar. —Mostró cómo, a través de alteraciones epigenéticas, el trauma psicofisiológico severo puede tener efecto a través de generaciones. ¿Quieres mi opinión? Creo que estamos condenados a tener miedo.

—No pensé que fueras del tipo fatalista.

—No es fatalismo. No me molesta y tampoco te molestaría a ti si dejaras de ver el miedo como algo necesariamente malo.

—¿Qué cosa buena podría dejarte?

—Motivación. Si experimentas miedo ante ciertas circunstancias, puedes impulsarte para cambiar los resultados.

—¿Segura que no querías decir, "ansiedad" en lugar de motivación? —Katakuri le sonríe de medio lado.

Robin rueda los ojos y levanta una ceja hacía él, su gesto es divertido. —Eres imposible.

—Yo debería decir eso de ti.

Ella picotea la vena fruncida en la frente de Katakuri. —Mira, ahora siempre estás enojado. Te volverás un anciano en un parpadear si no suavizas el gesto.

—Bruja. —es el turno de Katakuri de poner los ojos en blanco y reírse levemente, le baja la mano de su cara. —No sé cómo lo haces, pero siempre ganas.

Para Robin, es cómo ver un atisbo del hombre que era antes de todo. Está por levantar su taza de té, cuándo se percata de que el profesor Vinsmoke los ha mirado compartiendo ese pequeño momento íntimo, pero el pobre inmediatamente ha desviado la mirada con las mejillas rojas.

—A pesar de todo, creo que le agradas a Ichiji. Es un poco tierno.

Katakuri enarca una ceja por sus palabras. No está seguro si Robin se volvió loca. No piensa que Ichiji sea "tierno". Él piensa que, si es verdad que le agrada al otro (cosa que duda), sería algo patético. Como esa cursi y sin sentido admiración platónica y no correspondida de una damisela a un caballero de la corte.

—Y también pienso que eres duro con él, solo por ser hermano de Sanji.

Por supuesto, ella no sabe que su conflicto con el pelirrojo no se debe únicamente a que es el hermano de Sanji. Robin no conoce el panorama completo, de hacerlo, sus opiniones serían similares.

—Ichiji parece admirarte y parece un buen muchacho, no deberías ser tan evasivo y tratarlo como un trapo, solo está intentando ser tu amigo.

—¿Esperas qué tome su mano y lo invite a atrapar insectos durante el receso?

Robin encoge los hombros con gracia. Puede que Katakuri se vea todo estoico y frío por fuera, pero por dentro sabe que está afectado. —No Katakuri, no espero que tomes su mano y lo invites a atrapar insectos en el receso, solo digo que deberías empezar por tratarlo con la decencia básica con la que se trata a otro humano.

Clean [KataIchi] [AceSan-Pasado] [KataSan-Pasado] [AceIchi-Pasado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora