Clean [KataIchi] [AceSan-Pasado] [KataSan-Pasado] [AceIchi-Pasado]

Capítulo 32: El principio del fin

Capítulo 32: El principio del fin 

Sanji es consciente de que muchas cosas han cambiado en la transición de los quince —oficialmente el peor año de su corta vida, es un año que rompió su piel, quiso romper sus huesos, empuja y castiga, se estremece y hierve—, a los dieciséis. Y siendo completamente honesto, si no hubiera sido por Ace, Zoro, Sabo o Luffy, no tendría idea de cómo mantenerse en pie.

Zoro es genial, ni siquiera parece que el año pasado estuvieron involucrados sentimentalmente, lo ama, pero son mejores amigos que se molestan todo el tiempo. Agradece que hayan terminado en buenas condiciones. Ni siquiera con todos los meses juntos, formalizaron nada, pero eso es lo que pasa cuando eres joven, vienes y vas todo el tiempo. Quiere creer que se debe a esta montaña rusa de emociones que siente cuándo Ace está cerca. Aunque el amor es su última preocupación ahora. Hay muchas cosas que pensar y asimilar, es demasiado trabajo el que hay que hacer para no hundirse.

Ni Ace o Zoro presionan, ya no paren tener una competencia silenciosa, intercalando entre capitán y segundo al mano, solo vuelven a ser sus mejores amigos, cómo siempre lo han sido. Y nunca habían estado más unidos que ahora.

Aunque, a veces, las ganas de llorar son repentinas para Sanji, lo son exactamente desde que su madre murió.

Tiene escalofríos si piensa en ella. Fue una mañana tranquila de jueves cuándo entro a la cocina para sacar una botella de agua del refrigerador, Sora estaba sentada en la mesa, con la mirada perdida en el café que yacía frio frente a ella. Su expresión era distante, cómo si estuviera en otro lugar.

«—Mamá ¿Estás...Bien?

Sora parpadeo lentamente, parecía estar regresando de algún lugar lejano y le ofreció una sonrisa débil. —Si, cariño, estoy un poco cansada, es todo. Por cierto, hay tarta de queso. —señalo la encimera de granito. —Avísales a tus hermanos, lleven una rebanada a la escuela.

«—¿Tomaste tu medicación hoy? —le pregunto distraído, agarrando una manzana roja del frutero.

«—«Sí, lo hice. Creo que necesito hablar con el médico de nuevo; quizás deba cambiar de fórmula. Echo de menos mi energía de antes.— Se levantó, suspirando, y alisó su vestido floreado. Luego, se recogió el cabello en una cola de caballo.— La próxima semana haré una cita y le explicaré la situación. —Entonces, le dio un beso en la frente y le deseó un buen día. Sora buscó el vino en la alacena y eso fue todo.

Su abuelo dijo algo sobre depresión respiratoria, fue un accidente, no es un evento aislado si se combina alcohol y antidepresivos, pero uno nunca se imagina que va a tocarle vivirlo. Rouge la encontró en el sofá cuando pasó por su casa para entregarle suministros del supermercado. Sora parecía estar dormida a primera vista, desde las persianas abiertas, pero no respondió ni siquiera cuando Rouge golpeó la ventana con sus llaves. Quince minutos más tarde, llegó el abuelo, y fue entonces cuando la descubrieron con la piel y los labios azules. Llevaba horas de haberse ahogado.

Sanji muerde su pulgar imaginando a su madre sola en la cocina mientras ellos estaban en la escuela, a mitad de la clase de literatura británica, no quiere pensar en lo asustada que debió haber estado ella al sentir que el aire dejaba de entrar en sus pulmones.

—Dame el control remoto, me irrita esa canción. —Zoro pelea con Sabo. —Cada vez que pones esa canción lo único que viene a mi mente es Paul Rudd imitando a Pete Burns.

—Es tu culpa, para empezar, ¿Quién rayos ve un programa de Jimmy Fallon? Iugh. Su comedia es estúpida. —Sabo le saca la lengua.

—Cállate. Mi prima me mando el video. Culpa a Kuina, no a mí. —Zoro le da un codazo, su prima tiene una especie de crush con Paul desde que lo vio en Ant-Man.