Capítulo 19: Hybris

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Capítulo 19: Hybris 

La profesora Nico es muy hermosa. Cómo un gato negro, estilizado y elegante. Ichiji es un hombre de gatos, así que estudia su sonrisa, el rostro afilado y anguloso, los ojos astutos. Un flequillo recto y favorecedor; ella podría ser su tipo, si sólo le interesaran las mujeres, pero no lo hacen. Así que se pregunta si ella es el tipo del profesor Charlotte, porque él no parece tener ninguna clase de problema con que este compartiendo su espacio o lo toque.

La profesora Nico es la clase de mujer que su madre admiraba en sus películas francesas: Sensual, enigmática, apuesta que peligrosa.

Sus manos se han rozado en todo el tiempo que han estado hablando e incluso, jura que ha escuchado el atisbo de una risa salir de la garganta del granate, lo cual es atípico. —y tampoco se siente muy bien para Ichiji—. Quien odia la sensación de un estremecimiento caminando sobre su espalda, porque siente que ellos lo están observando desde sus lugares y es cómo estar en la preparatoria siendo juzgado por las personas más importantes en la cadena estudiantil.

Es un pensamiento infantil que casi lo hace reír de lo patético que resulta, porque ahora es un adulto y un profesor, cómo para dejarse molestar por esas tonterías.

Así que intenta concentrarse leyendo El guardián entre el centeno, incluso si no tiene real motivación o capacidad de retención en ese momento. Intenta no distraerse demasiado cuando ella picotea la vena fruncida en el ceño de Katakuri y él toca su mano durante varios segundos y después la baja de su cara, sonriendo.

Sonriendo por algo que ella dijo.

La idea de que el profesor Charlotte pueda estar interesado en la profesora Nico envía una extraña desesperación a todo Ichiji. Aunque no está celoso. ¿Por qué lo estaría?

Solo es...Difícil imaginárselos al final del pasillo, esperando felizmente por el otro, o haciendo compras en el supermercado los domingos, tachando en el calendario que está pegado en el refrigerador la fecha en que visitarán a sus familias, o escogiendo si cenaran comida china o mexicana. Su imaginación lo hace sentirse enfermo y tiene que morderse el interior de la mejilla para evitar vomitar.

Debería seguir leyendo.

No puede.

Debería enterrar el tenedor en su ensalada de frutas y seguir comiendo.

No puede.

—Hola, hola. —Vivi deja caer su charola de comida en su mesa, parece un torbellino de positivismo y bonito cabello celeste mientras destapa su refresco light. —¿Listo para el viernes?

Ichiji le sonríe como el príncipe falso que es. Solo se trata de memoria muscular, de un gesto ensayado y bien aprendido. Claro que se siente genial por haber desperdiciado toda una semana y no ser útil en relativamente nada, pero su sonrisa se acaba cuándo se da cuenta que el profesor Charlotte lo está mirando durante un intenso segundo y como tiene nulas habilidades de autoconservación, también lo mira. Esta atravesándolo: pasando por su piel, por sus músculos.

—...Y es por eso, por lo que mi padre no me dejaba comer muchas fresas cuándo era niña. —Vivi finaliza su historia de la que Ichiji no escuchó nada y le roba una de las frutillas de su plato. —Decía que tendría piedras en los riñones por el oxalato cálcico o algo así. Nunca lo entendí bien.

Debería seguir la conversación.

No puede.

Toma un sorbo de agua solo para mantenerse ocupado en algo, y espera que nadie se de cuenta de como le tiemblan las manos al sostener la botella.

Clean [KataIchi] [AceSan-Pasado] [KataSan-Pasado] [AceIchi-Pasado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora