Capítulo 42: La dualidad Eros-Thanatos

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Capítulo 42:  La dualidad de Eros-Thanatos 

Los días de lluvia no son particularmente deprimentes para Katakuri; no le parecen tristes, sino más bien una constante de su estado de ánimo.

Está sentado en la silla del porche, con una cerveza en la mano, contemplando el cementerio de limones mientras los frutos son bombardeados por las balas de lluvia

Mientras observa el jardín y las guirnaldas de humo de su cigarro, piensa en esa teoría desarrollada por Freud, la cual establece que en los humanos hay dos fuerzas elementales que influyen en su comportamiento y experiencia: La pulsión de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thanatos), representando la creación y la destrucción, respectivamente.

Eros nos impulsa hacia la perseverancia y la supervivencia, mientras que Thanatos es la fuerza que nos conduce hacia la destrucción, es el deseo de mantenernos en un estado de calma absoluta o de no existencia.

De hecho, la razón por la que Katakuri sigue flagelándose con estos limones es parte de Thanatos y su repetición de experiencias dolorosas o traumáticas.

La cosa, es que estás dos pulsiones pueden estar en completo equilibrio. La vida psíquica es el resultado de su interacción. Ambas están en constante tensión y negociación, y es por eso que incluso durante nuestras prácticas de autodestrucción y sin notarlo, hay una pequeña parte nuestra que anhela volver a salir a la luz.

Katakuri cierra los ojos y suspira placenteramente, dejando que la brisa caiga en su rostro. Está relajado en ese instante, incluso si dentro de él hay una maraña de ruidos y gritos incesantes. Para entender un poco cómo se siente, podemos imaginar a una persona que tiene una mascota a la que adora, se trata de un perro cariñoso y juguetón. Este dueño disfruta de la compañía del animal y se siente feliz cuando están juntos, lo que representa su deseo de disfrutar de la vida (Eros).

Sin embargo, a veces el dueño debe disciplinar al perro cuando hace algo malo, como morder los muebles o correr hacia la calle si ve la puerta abierta, precipitándose al riesgo de ser atropellado o de perderse y morir de hambre. Aunque el sujeto ame al perro, sabe que establecer reglas es importante para mantenerlo seguro y saludable, mostrando su instinto de protección (Thanatos).

Lo irónico aquí es que, aunque ni Katakuri ni Ichiji lo sepan, cada uno representa una de las dos pulsiones: Ichiji podría ser Eros, al buscar activamente placer, amor o conexión emocional en esa relación peculiar que tienen. Por otro lado, Katakuri estaría representando a Thanatos, dada su tendencia hacia el autosabotaje o su evidente resistencia a la felicidad.

¿Pero podrías culparlos, sabiendo que en medio de ellos hay un artista muerto? Y ya sabes lo que se dice de los artistas... Incluso si se han ido, su legado vive por siempre...Sus obras siguen existiendo, lo que significa que, en cierto sentido, el artista es inmortal.

Katakuri abre los ojos al sentir su teléfono vibrar en el bolsillo. Lo saca y contesta la llamada, puede que sea alguno de sus hermanos o algún amigo invitándolo a ver el partido de baloncesto de esa noche. Pasar la medianoche de un viernes así es lo último que pensó que estaría haciendo. No quiere ir a la cama aún, pero tampoco desea quedarse despierto.

El número que llama es desconocido. A pesar de que normalmente no contesta llamadas de números no registrados, decide poner el teléfono en su oreja y espera pacientemente un saludo que nunca llega. Después de casi diez segundos de silencio, cuelga.

II.

Ichiji siente que el corazón se ha salido de su cuerpo cuando estaciona su Bel Air afuera de su edificio, sus brazos caen flácidos contra el volante y cobarde cobarde cobarde. Todo su cuerpo está en ebullición al bajar del carro, pone las manos sobre sus rodillas y respira.

Clean [KataIchi] [AceSan-Pasado] [KataSan-Pasado] [AceIchi-Pasado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora