Irin
—No me parece buena idea que te encierres con ese tipo —opinó Jane, detrás de mí.
—Es lo mejor que puedo hacer ahora, tengo que descubrir la verdad —Jane me detuvo.
—Noey te dejó por cabeza dura —la miré mal—. No me mires así, sabes que es la verdad.
—Tengo que hacerlo, no me queda de otra.
—Es que tu idea de absurda, si de verdad quiere recuperar a su "hija" suponiendo que Freen lo sea, sólo con preguntarle obtendrás la respuesta –formuló, Jane hablaba rápido, tuvo que detenerse para poder tomar aire—. Por lo menos dejame entrar contigo, esa bodega a la cual lo citaste... es fea.
—No es una bodega, es una oficina privada, y no es fea, es vintage.
—Eso mismo —suspiró—. ¿Me dejarás entrar contigo?
—¿Para qué? con que te quedes aquí es suficiente.
—Tengo arma.
—Está bien, entra, pero no opines, no saltes a acusarle sin el haber dicho nada —Jane alzó sus brazos—. Y lo principal, no saques esa cosa que es más grande que tu mano. Después de ahí, tienes mi autorización.
—Está bien, mamá —se burló, caminando por delante de mí.
—¡Hey! vas detrás —señalé hacia atrás con mi dedo pulgar, hizo un puchero—. Nada, para atrás.
—Agh... eres insoportable, insoportable —gruño, poniéndose detrás de mí—. Si te hacen algo no me meto.
—Sí, lo que digas —rodeé los ojos.
Cuando nos adentramos al lugar, el cual no era viejo, era vintage. Jane me pidió analizar el sitio y cuado terminó, yo me permití echarle un vistazo a todo; conocía el lugar, obvio, era algo que tenía guardado que Becky no sabía que había comprado, pero muy bien que lo tengo, recuerdo que aquí quería poner una tienda que fuera mía, sin tener a nadie por detrás. Pero hasta ahora para lo unico que me ha servido es para tenerla de almacen y citar a un... un tipo, ser, una persona desagradable.
—¿Es feo? —preguntó Jane detrás de mí.
—¿Es en serio que me estas preguntando eso?
Se encogió de hombros, —Solo es curiosidad.
—Pues deja esa curiosidad para otro momento — me acerqué al escritorio y pasé mi dedo, recolectando el polvo—. Este lugar necesita limpieza.
—¡Ni lo digas! que feo todo esto.
—Todavía es el día que me pregunto como te hiciste policía Jane —negué varias veces con las mejillas infladas.
—¿Dónde está ese tipo? —buscó con la mirada por todo el espacio.
—Aquí está el tipo —su voz hizo eco por el lugar. Jane y yo nos giramos hacia donde provenía aquella voz—. Muy buenas tardes, señoritas.
Llevaba un traje negro, muy pulcro, tenía un caminar de hombre correcto, una postura derecha y un peinado hacia atras, pero aquí entre nosotros, el hombre no era más que un profanador, un tipo que se aprovechaba de las debilidades ajenas para satisfacer sus gustos y necesidades. En este momento, lo único que me apetecía era arrancarle los huevos, porque no me parecía justo el que él estuviese fuera de la cárcel; porque no lo merecía.
—Sí, está bien bueno —contestó Jane a mi dirección.
Sonreí. Me crucé de brazos hacia Theo Anuntrakul. Imposible olvidarme de aquel desagradable rostro, nombre, y apellido. Porque recuerdo cada dato de aquel tipo. Me senté en la orilla del escritorio, esperando que este terminara de entrar, y cuando lo hizo, Jane se colocó a mi lado, con las manos a sus espaldas que era donde estaba su arma. Algo que admirada de esta chica, era lo valiente que podía llegar a ser.
ESTÁS LEYENDO
Sour Candy Beckfreen
RomanceRebecca Armstrong ha sido jefa de su propia empresa por tres años después de la muerte de su padre; el cual de un accidente automovilístico no sobrevivió. Becky tiene una fobia que le ha impedido casi toda su vida, vivir como una persona normal. La...