Becky
Dos años después
-Te dije que no trajeras al perro ese, mira como tiene todos los muebles Becky, ya tiene la casa hecha un asco -dijo una muy intranquila Irin.
-No exageres, mira, si hasta bonito quedó. Parece diseño y todo -salté el mueble y caí sentada en este-. Mejor di que estás celosa y por eso quieres que Boba se vaya.
-Sólo dije que tu maldito perro...
-Hey, no lo llames así, respétalo. Tiene un corazón débil y se puede herir -tomé a Boba entre mis brazos mientras le hacía un puchero.
Irin echó un bufido al aire, -Mejor vete a preparar las maletas.
-Amor de mi vida... ven aquí. Prepáralas por mí -grité, pero Irin ya había entrado a la cocina, dejándome hablando sola-. Con hermanas como tú, ¿para qué enemigas? -chisté. Me paré del mueble cuando el timbre sonó, fue corriendo a abrir-. ¿Quie...? -mi boca se abrió y sonríe de oreja a oreja-. Ámbar, que bueno que llegaste -la tomé de la mano y la arrastré hacia dentro.
-¿Por qué tanta prisa, cariño? -esta me detuvo, mirándome con una sonrisa.
-Porque me tienes que ayudar en muchas cosas.
-Y esas muchas cosas me imagino que arreglar este salón -miró con una mueca toda la sala-. ¿Qué cojones le hiciste a tu perro para que te pagara de esa forma?
-No es malo, sólo es poco comprendido. Y no es precisamente a recoger mi salón.
-¿No? -se acercó aun más casi robándome un beso pero yo me aparté.
-Ayúdame a poner ropa en la maleta.
-Estás abusando de tu poder.
-¡Eso le digo yo! -gritó Irin entrando a la sala-. Pero tu novia es una vaga, ¿puedes creer que ni siquiera fue a trabajar porque anoche se golpeó el dedo meñique?
Fulminé a Irin con la mirada, -Fue muy grave, pude haber muerto.
-Ay, Becky, tú eres drama queen -criticó mi hermana-. Vete y hazle algo que últimamente está insoportable.
-¿En serio crees que Ámbar te cree...? -y no pasó ni un segundo cuando Ámbar me estaba llevando hacia la habitación y cerrando la puerta detrás de ella-. No le hagas caso.
-Amor... por dios -me sentó en la cama y se colocó entre mis piernas-. Sólo son tres maletas.
-Ajá, casi nada -se inclinó, dejando un cortó beso en mis labios-. Yo te ayudaré.
-¿En serio?
-Que no te brillen mucho esos ojitos, porque sólo será un poco -fue en busca de la primera maleta, bajándola en la cama-. ¿Ya seleccionaste la ropa que te llevarías?
-Sólo la mitad, tu elige la otra -me adentré al baño para buscar algunas cremas que me llevaría, para cuando salí, vi a Ámbar algo cabizbaja-. ¿Qué pasa, Ámbar? -me acerqué y tomé su barbilla para que me mirara a los ojos.
-Me harás mucha falta. No sé que haré esos seis meses sin ti.
-Pues... podrás viajar a visitarme, te prometo que esos seis meses no haré otra cosa que pensar en ti. La empresa me necesita -acaricié su rostro con delciadeza.
La historia de Ámbar es algo larga. Pero trataré de resumirla.
Conocía a Ámbar cuatro meses después de mudarme a Londres; yo seguía curando mi fobia y trauma, pero estaba mucho más avanzada incluso, podía estar en lugares con muchas personas. Ámbar obvio no tenía ni idea de mi problema. La cafetería a la que yo iba era en la que Ámbar trabajaba, era muy común que comprara cafés por las mañanas.
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Sour Candy Beckfreen
Storie d'amoreRebecca Armstrong ha sido jefa de su propia empresa por tres años después de la muerte de su padre; el cual de un accidente automovilístico no sobrevivió. Becky tiene una fobia que le ha impedido casi toda su vida, vivir como una persona normal. La...