Who is Park Jimin? [Y.M] [✓]

12

Jimin estaba en la habitación tomando un baño de madera tranquila, él estaba en la tina lavando su cuerpo mientras pasaba una esponja los recuerdo cuando era tocado por esas personas vino a su mente por lo cual pasó la esponja con más fuerza en su piel hasta el punto de hacerla sangrar. Comenzó a gritar alertando las personas, en especial a alguien, él cuál corrió rápido al baño, pero al verla con llave la golpeó desesperado.

—¡Jimin! —exclamó preocupado.

Yoongi por la desesperación rompió la puerta y vio a su chico en el suelo lleno de sangre mientras gritaba que lo dejaran en paz y no lo tocarán, el pálido tomó una toalla y lo envolvió asustando al chico, el cual seguía moviéndose intranquilo.

—Jimin mírame. —le dijo el pálido.

—No por favor no más. —lloró el chico.

—Cosas no deseadas, cosas fuera de mi control. —Comenzó a decir el pálido y Jimin lo vio.

—Cosas no deseadas, cosas fuera de mi control. —Comenzó a repetir Jimin aún con lágrimas en los ojos.

—Vamos a ponerlo, uno, dos. —dijo y al ver como Jimin cerraba los ojos y se comenzaba a relajar sonrió. —bien, uno, dos.

—Bien, uno, dos. —hablo Jimin. —no sé tu nombre, tu nombre, tu nombre.

—Viajar con recuerdos, viajar, viajar. —lo abrazó con fuerza Yoongi. —Vamos a borrarlo uno por uno. De acuerdo, uno por uno.

Jimin asintió mientras se ocultaba en el pecho del pálido, el cual dio la orden que le trajeran el botiquín y lo dejaran solos, los empleados hicieron lo que él pidió y se fueron a preparar todo. Yoongi cargó a Jimin y lo llevó a la cama, donde lo cambió despacio luego de curar sus heridas.

—¿He sido un mal niño? —preguntó Jimin y Yoongi lo vio.

—Claro que no mi pequeño. —le dio un beso en la frente. —solo no tienes control de ti, pero eso no es malo.

—Perdón. —dijo.

—¿Por qué? —le pregunto.

—Darle problemas, señor Min. —respondió.

—No me das problemas. —le sonrió. —¿Recuerdas lo que te dije allá en Rusia?

—No. —negó triste.

—Te dije que ya no debías de temer. —lo vio. —Los monstruos que te hicieron daño ya no lo iban a volver a hacer, porque ya tienes a alguien que te va a proteger y se va a encargar de eliminar a cualquiera que vuelva a hacerte daño.

—Señor Min. —jugó con sus dedos.

—Sí, pequeño. —le acomodó el cabello. —¿Qué deseas?

—¿Puede hacerme compañía hasta que me duerma? —pregunto.