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El caos en Daegu se desató con una ferocidad que nadie vio venir. En cuestión de días, la tranquila ciudad se convirtió en un hervidero de rumores, miedo y violencia. Nadie sabía exactamente quiénes eran los responsables, pero la ciudad estaba plagada de destrozos, asaltos y enfrentamientos que no parecían seguir un patrón claro, más allá de sembrar el desorden y la confusión.

Lo único que los testigos podían confirmar era la presencia de dos hombres. Uno con cabello rosa, que destacaba como una señal de advertencia en medio del caos, y otro con cabello rubio, cuya presencia era más enigmática, pero igualmente temida. Ambos se movían como sombras, siempre un paso por delante de la ley, y siempre desapareciendo tan rápido como aparecían.

Las autoridades, desesperadas por poner fin a la ola de crímenes, empezaron a recibir reportes de una moto rosa que había sido vista huyendo de varias escenas de caos. Era un vehículo tan inusual que era imposible que pasara desapercibido, pero a pesar de sus esfuerzos, la policía no lograba atraparlos. Cada vez que los acercaban, los dos hombres se desvanecían en la noche, dejando solo destrucción a su paso.

Las historias sobre ellos comenzaron a crecer, alimentadas por el miedo y la incertidumbre. Algunos decían que eran fantasmas, que no podían ser atrapados porque no pertenecían a este mundo. Otros afirmaban que eran simplemente dos hombres extremadamente peligrosos, que jugaban con la ciudad como si fuera su tablero de ajedrez personal. Pero, sin importar las versiones, todos coincidían en algo: estos dos individuos eran implacables, y estaban decididos a sumergir a Daegu en un caos total.

El hombre de cabello rosa, aunque extravagante en apariencia, era letal en sus acciones. Su presencia era siempre acompañada por un rastro de destrucción, como si su objetivo fuera borrar cualquier rastro de la calma que alguna vez existió en la ciudad. A su lado, el hombre de cabello rubio era el cerebro detrás de los movimientos, planificando cada golpe con una precisión que dejaba a todos desconcertados.

Las calles de Daegu se llenaron de pánico. Los negocios cerraban antes del anochecer, y la gente evitaba salir a menos que fuera absolutamente necesario. Las fuerzas del orden, aunque redoblaron sus esfuerzos, parecían estar siempre un paso detrás. La ciudad estaba siendo controlada por dos sombras esquivas, y nadie sabía cuánto tiempo más podría resistir antes de que todo colapsara por completo.

Mientras tanto, en los rincones oscuros de la ciudad, en un refugio que nadie conocía, Jimin y Yoongi observaban el impacto de su trabajo con satisfacción. La moto rosa, ahora escondida en un garaje subterráneo, descansaba como una fiel compañera de sus fechorías. Habían logrado exactamente lo que se propusieron: desestabilizar a Daegu y sembrar el caos que les permitiría reconstruir su imperio desde las cenizas.

—Es solo el comienzo. —dijo Yoongi, observando un mapa de la ciudad marcado con los lugares donde habían atacado. —Daegu nunca volverá a ser la misma.

Jimin, con su cabello rosa resplandeciendo bajo la tenue luz, sonrió mientras miraba por la ventana hacia la ciudad en caos.

—Es exactamente lo que queríamos. —respondió, su voz suave, pero llena de determinación.

Sabían que estaban jugando un juego peligroso, pero en ese momento, estaban ganando. Y mientras la ciudad seguía en su espiral descendente, los dos hombres, unidos por un destino oscuro, se preparaban para lo que vendría a continuación.

Who is Park Jimin? [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora