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En la quietud de la noche, Jimin y Yoongi se encontraban en una gasolinera desierta, llenando el tanque de la moto rosa. El rugido lejano de los motores y las sirenas se había desvanecido, dejando solo el suave zumbido de los insectos y el sonido del combustible fluyendo en el tanque. La adrenalina del enfrentamiento empezaba a disiparse, reemplazada por una calma tensa, cargada de posibilidades.

La pequeña radio en la tienda de la gasolinera estaba encendida, y el locutor hablaba con una urgencia que captó la atención de ambos.

—Se busca a Park Jimin, acusado de homicidio. —dijo la voz metálica. —Se cree que está acompañado por el conocido criminal Agust D, líder de una organización mafiosa, ambos son considerados armados y peligrosos; las autoridades han desplegado un operativo a gran escala para capturarlos.

Jimin escuchaba en silencio, su mirada fija en la moto mientras las palabras del locutor llenaban el aire. Era extraño, pensó, escucharse descrito de esa manera, como un criminal peligroso. Pero en lugar de sentir miedo o arrepentimiento, sentía una extraña satisfacción. Ya no había vuelta atrás; había cruzado la línea y ahora era libre en una forma que nunca había imaginado.

Yoongi, quien había estado observando a Jimin mientras el anuncio resonaba en la tienda, sonrió con esa mezcla de peligro y encanto que lo caracterizaba. Sabía que este momento era crucial, un punto de no retorno para ambos.

—Parece que ahora somos oficialmente los más buscados. —comentó Yoongi, apagando la radio con un giro rápido de la muñeca.

Se acercó a Jimin, apoyándose contra la moto mientras el motor de esta aún emitía un leve calor. Jimin levantó la vista, encontrando los ojos de Yoongi, y en esa mirada, hubo un entendimiento tácito. Ya no eran simplemente Jimin y Yoongi; ahora eran algo más, una fuerza que iba más allá de lo que cualquier otro podría comprender.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Jimin, su voz tranquila, pero con una chispa de emoción escondida en el fondo.

Yoongi dejó escapar una pequeña risa, como si la respuesta fuera obvia.

—Ahora, nos largamos de aquí. —dijo, dando una palmada suave en el manillar de la moto. —Vamos a desaparecer por un tiempo, crear caos en otro lugar, y cuando el mundo crea que estamos muertos o lejos, volveremos más fuertes.

Jimin asintió lentamente, sus labios curvándose en una sonrisa mientras la emoción de lo que estaba por venir comenzaba a asentarse en su pecho. La idea de huir, de dejar todo atrás y empezar de nuevo en otro lugar, le parecía casi liberadora. Ya no había ataduras, ya no había cadenas que lo mantuvieran en el pasado. Ahora, junto a Yoongi, tenía la oportunidad de ser quien quisiera, de hacer lo que deseara, sin restricciones.

—¿Dónde iremos? —preguntó Jimin mientras cerraba el tanque de la moto y guardaba la manguera.

Yoongi miró hacia el horizonte, como si las posibilidades fueran infinitas.

—Donde sea que podamos causar más problemas. —respondió, sus ojos brillando con un entusiasmo oscuro. —El mundo es nuestro campo de juego ahora, y no dejaremos que nadie nos detenga.

Jimin rio suavemente, subiendo a la moto mientras Yoongi tomaba su lugar detrás de él. Con un último vistazo a la desierta gasolinera, encendió el motor y aceleró hacia la carretera, dejando atrás la calma aparente de la noche.

La carretera se extendía ante ellos como una promesa de caos, y mientras la moto rugía en la oscuridad, Jimin y Yoongi estaban listos para enfrentarse al mundo, creando su propia versión del infierno allá donde fueran.

Who is Park Jimin? [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora