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Después de un largo viaje en la moto rosa, Jimin y Yoongi finalmente llegaron a una residencia secreta en Daegu. El lugar estaba escondido en las afueras de la ciudad, rodeado de frondosos árboles que proporcionaban un aislamiento natural. Era el refugio perfecto para desaparecer del radar y planear su próximo movimiento. La residencia, aunque discreta por fuera, estaba equipada con todo lo necesario para que ambos pudieran comenzar a reconstruir su imperio.

Una vez dentro, se instalaron rápidamente, sin perder tiempo. Yoongi, con su mente siempre trabajando, comenzó a revisar los recursos y contactos disponibles, preparando las bases para lo que estaba por venir. Mientras tanto, Jimin, todavía sintiendo la adrenalina del escape, decidió darse un momento para sí mismo.

Se dirigió al baño, un espacio moderno y minimalista, con paredes de azulejos blancos que contrastan con su reflejo en el espejo. Encendió la luz, y el suave resplandor iluminó su rostro. Jimin se miró fijamente, observando cada detalle, cada línea de su expresión que había cambiado en las últimas semanas. Su cabello castaño caía desordenadamente sobre su frente, un recordatorio del joven que alguna vez fue. Pero ese Jimin estaba desvaneciéndose, y ahora, frente a él, se encontraba alguien diferente, alguien más decidido y peligroso.

Con una sonrisa que reflejaba una mezcla de anticipación y satisfacción, Jimin abrió el gabinete y sacó un pequeño frasco de tinte rosa. Lo sostuvo en sus manos por un momento, recordando las veces en que había ocultado quién era realmente, las veces que había dejado que el miedo lo dominara. Pero esos días habían quedado atrás.

—Es hora de resurgir. —murmuró para sí mismo, sus ojos brillando con una determinación renovada.

Abrió el frasco y comenzó a aplicar el tinte con manos expertas. Cada mechón de su cabello castaño se fue cubriendo con el vibrante color rosa, transformándose ante sus ojos. Mientras lo hacía, sintió como si se estuviera liberando de los últimos vestigios de su antigua vida, dejando atrás cualquier duda o temor que hubiera podido quedar.

El proceso no tomó mucho tiempo, pero cuando terminó, Jimin apenas podía reconocer al hombre que lo miraba desde el espejo. Su cabello, ahora de un rosa intenso, contrastaba con la dureza en sus ojos y la sonrisa de satisfacción en sus labios. Era un reflejo de la transformación interna que había experimentado.

Salió del baño, dejando atrás el vapor y el olor del tinte, y se dirigió al salón donde Yoongi lo esperaba. Cuando Yoongi levantó la vista, sus ojos se encontraron con el nuevo Jimin. Por un momento, no dijeron nada, pero en esa mirada, había un entendimiento mutuo.

—El nuevo tú, ¿eh? —comentó Yoongi con una sonrisa de aprobación.

Jimin asintió, sintiéndose más seguro que nunca.

—El nuevo yo. —respondió con su voz firme.

Yoongi lo observó por un momento más antes de levantarse, su expresión satisfecha. Sabía que con Jimin a su lado, no había límites para lo que podrían lograr.

—Es hora de que Daegu sepa de nosotros. —dijo Yoongi, su tono cargado de promesa.

Jimin sonrió, sintiendo una energía imparable correr por sus venas. Estaban listos para tomar el control, para resurgir de las sombras y reclamar lo que era suyo. Y esta vez, no habría nada ni nadie que pudiera detenerlos.

Who is Park Jimin? [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora