CINCUENTA Y CINCO

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Jongho jugaba con la consola en su habitación, seguía pasando los niveles como loco, quería llegar al monstruo final luego.

Por su parte, Yunho estaba en su computadora investigando un poco más sobre su empresa, quería dar lo mejor de sí.

Habían quedado que ese día iban a ir a almorzar a un restaurante nuevo de comida italiana que había llegado a la ciudad.

Como su pasatiempo favorito juntos como pareja era comer y comer más, amaban cuando llegaban restaurantes nuevos.

— AISSHHH por fin terminé...

Yunho estaba feliz de saber bien la historia de la empresa y cómo se ha ido organizando y creciendo en los últimos años, ahora entendía mejor todo.

Estiró un poco y luego se levantó de su asiento para ir a ver a su pequeño, que todavía jugaba en la consola.

— Te quedarás sin cerebro jugando tanto con esa cosa.

Jongho empezó a reír por el comentario de su novio, pero no dejó de jugar, estaba en una etapa importante y no iba a perder.

— Recuerda que hoy iremos a comer...

— Si... si...

Ignorado otra vez, por lo menos ahora le había respondido, de seguro ni escuchó lo que dijo pero la intención es la que cuenta.

— ¿Aceptas que cambiemos la consola a la habitación de visitas para tener más tiempo a solas en nuestra habitación?.

— Si mi amor... si... ¿Espera qué?.

Se desconcentró del juego por un segundo y el enemigo le disparó sin piedad, matándolo al instante.

Cerró los ojos y respiró profundo, claramente había sido culpa de Yunho que perdiera, lo había desconcentrado.

— ¿Te molesta eso mi amor? ¿En qué quedamos con lo de contarnos todo para solucionarlo como pareja?.

Yunho bajó la vista y mordió su labio despacio, le iba a costar mucho eso de conversar las cosas, nunca estuvo acostumbrado a eso.

El menor con una tierna sonrisa dió palmadas a la cama para que Yunho se sentara a su lado, él sí sabía conversar las cosas.

Su madre trató siempre de tener cercanía con el menor, de conversar, de que supiera expresar sus sentimientos, por eso Jongho era así.

Cada vez que el menor se enojaba, era sentado en la mesa para que se desahogara y dijera todo lo que sentía, después, había una charla para calmarlo.

— Lo siento... yo... juro que trato de decirlo...

— No tienes que disculparte por eso Yunho hyung, solo que, me da miedo que tengamos otra pelea por no saber comunicarnos...

Ahora Jongho era el que estaba triste y mirando al piso, recordaba la pelea por la cama, fue la más larga hasta el momento.

— Me... me gustaría que la consola no esté en la habitación que dormimos, nos quita tiempo juntos, aquí solo deberíamos estar los dos, por eso tampoco tenía la televisión aquí, siento que quita tiempo valioso para uno tener una distracción.

Jongho sonrió realmente feliz, por primera vez el mayor decía como se sentía y le explicaba el problema, no pudo evitar emocionarse.

Se acomodó entre sus piernas, quedando en posición perfecta para que el mayor rodeara su cintura con los brazos, cosa que hizo al segundo.

— ¿Te escuchaste no? Acabas de conversar conmigo y explicarme qué fue lo que pasaba, esto es lo que me gustaría que hiciéramos siempre que algo no está bien... estoy muy orgulloso de ti mi amor.

Yunho hizo un tierno puchero y segundos después empezó a llorar, que su novio le dijera que estaba orgulloso le llenaba el corazón de felicidad.

— Gracias... Gracias por ser tan amoroso conmigo, siempre estás diciéndole palabras tan hermosas... te amo...

El mayor puso su cabeza entre el hombro y cuello de Jongho, para poder sentirlo más cerca, se quedaron varios minutos así, escuchando los latidos del otro.

— Gracias a ti por ser mi lugar seguro, te amo Yunho hyung.

« ✨ »

Después de cambiar la consola a la habitación de invitados y de pasar unas horas haciéndose mimos, finalmente decidieron salir a conocer el lugar nuevo.

Caminaban felices de la mano, Jongho aún se emocionaba cada vez que iban así, recordaba las veces en que ni si quiera podían mirarse lindo.

— El simple hecho de que me tomes la mano me llena de emoción mi amor.

Jongho estaba muy feliz, saltaba mientras caminaba, haciendo que el mayor quisiera explorar de tanto amor que sentía.

— Entonces lo haré siempre, todo lo que te haga feliz lo haré bebé.

— Ir a comer me hace feliz.

Ambos se rieron mientras llegaban al restaurante, era el típico local italiano en donde la comida principal era la pizza.

Así que sin esperar más, entraron para pedir las pizzas más originales e italianas que tuviera el restaurante.

𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨: 𝐀𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬 ⭑ 𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳 [𝐏𝟐]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora