Capítulo 11: Nombres con S

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🩸Sebastian🩸




~Día 380~




Esa mano delgada que apenas logra rodear mi longitud, me masturba tan bien que mis ojos se cierran por voluntad propia, mientras disfruto.

No tengo ni idea de que hora sea, pero desde las doce en punto, cuando empezó mi cumpleaños, Amber me recibió en su recámara, tal y como llego al mundo.

La verdad, no lo esperaba y no sé si hizo lo mismo con Aquiles, pero apenas lo vea, le preguntaré.

Cuando su pulgar hace círculos en la punta no resisto más y me libero corriéndome de manera intensa y manchando todo a mi paso.

Ella disfruta de mi orgasmo y una vez me limpia con su sabana, sube a mi boca para besarme y dejar su cuerpo desnudo, presionado contra el mío.

—Cuéntalos ¿Cuántos van? —pregunta, pero no me deja responder, ya que me besa de nuevo —. Dime. ¿Cuántos van, Sebastian? —acaricia mi pecho.

—Quince.

—¿Apenas quince? —su sonrisa no se borra —. En ese caso aún tengo que darte otros cuatro orgasmos —muerde mi oreja y mi miembro de endurecer de nuevo —. Te prometí diecinueve orgasmos por tus diecinueve años y te los daré.

—Sé que tú también has salido beneficiada, pero descansemos, mierda. Yo me canso.

—No pareces pensar en eso mientras me lo metes ¿Verdad?

—Sigo molesto —le hago saber y toco su cabello sujetándome de las hebras para acercarla, pero no besarla —. Mi nombre es Sebastian, Amber. No Simón, ni Santiago, ni Sergio. Soy Sebastian —muerdo su labio.

—Sabes que me gusta decirte así. Dame ese placer —sonríe e intenta besarme, pero no la dejo —. Vamos, Simón, no es difícil —me molesta y poso mi mano en su trasero para darle una nalgada —. Qué imbécil, me dolió.

—Es lo que te mereces si me cambias el nombre —pellizco sus pezones —. Ahora di mi nombre, madrazos.

—Santiago —murmura sobre mi boca, decidida.

—¿Cómo te enseño a decirlo bien? —sus pupilas se dilatan en su totalidad.

—Ponme en cuatro y fóllame—propone cosa que quiero hacer, pero no le daré eso si sigue de necia —. Hazlo y te prometo que hasta los chicos me van a escuchar. Estoy al tanto de que les gusta escucharme cuando estoy con alguno.

—No lo mereces —niego y noto el atisbo de un puchero —. No pongas esa cara, Amber.

—Pero, quiero darte el siguiente orgasmo —deja besos en mi mejilla —. Me di a la tarea de darles todo el placer posible en estos días.

—Quiero otra cosa más, antes de ese otro orgasmo.

—Te escucho.

—Besa todos los tatuajes que tengo —relame sus labios ante la petición —. Y cuéntalos de paso para que sacies la curiosidad.

—Ya los conté, pero haré lo de besarlos —se mueve al primero que está cerca de mi hombro —. Una pequeña serpiente que forma tu inicial —su lengua hace maravillas en la zona y se mueve a otro —. Este enorme rayo que me encanta —chupa mi pectoral izquierdo —. Tu año de nacimiento —baja hasta la zona de abdomen.

X - ENS: Las Cinco Bases © - Saga: X - ENS - Libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora