X - ENS: Las Cinco Bases © - Saga: X - ENS - Libro #3

Capítulo 17: La Desgracia de los Cinco

🩸Aquiles🩸

~Día 391~

Ninguno dijo palabra alguna en las tres putas horas de viaje y es más que obvio que cada uno estaba inmerso en sus propios pensamientos.

En Dominick noté una expresión que me gritaba preocupación. En el último año, he visto mucho esa cara y debo admitir que la detesto.

Esas personas piensan que nos están arreglando la vida con su maldita situación de que debemos ser jefes de las personas que habitan las bases, pero ellos no se dan una idea de cuanto odiamos esto.

Ahora que ya descendimos de lo que yo llamo tren transformer, en el alrededor siento un olor distinto. Como un poco a arena de mar o agua salada y eso me recuerda a Grand Isle.

Aitana está bastante dormida en los brazos de Sebastian y luego de un par de minutos más, Hanna, acompañada de los que conocemos, se acercan y nos miran.

—Nos acaban de avisar que la junta, con las personas que están al mando aquí, será en unos minutos.

—¿Quiénes estarán ahí? —pregunta Dominick y sé a qué quiere llegar.

—Si te preocupa ver a tus parientes, puedes relajarte. Se tomó en cuenta tu petición y no estarán presentes, pero sí estará alguien más que tiene un parentesco con uno de ustedes —levanto las cejas y enseguida las frunzo cuando mira a Amber —. Él es alguien que no podemos dejar fuera, ya que es importante aquí.

—¿Mi hermanastro? —la miro cuando pregunta —. ¿Está aquí?

—Por supuesto y cuando se enteró de que estabas por llegar, no disimulo su felicidad.

—Dios —pasa las manos por su cabello —. ¿Sabe lo de su familia?

—Lo sabe, cariño.

—Y los otros hermanos Palacios, ¿Están aquí? —añade —. Nunca los conocí, pero no está de más saber ¿Verdad?

—Él es el último de los Palacios. La organización llegó tarde a la casa de sus padres y su hermana.

Luego de escucharla me surge la duda de si ellos llegaron antes o después de que nosotros estuvimos ahí.

—Bien, pues creo que lo mejor es ir —indica Conrad.

Ellos caminan a la misma distancia de nosotros y solo pienso en la reacción de Amber cuando le dijeron que su hermanastro está aquí.

Luego de varios minutos llegamos a un sitio que tiene unas paredes de cristal y es fácil ver que dentro del sitio hay algunas personas con copas transparentes en las manos.

Algunos, cuando nos ven, toman una postura más seria y hago una mueca de disgusto al notarlo.

Para cuando entremos por unas puertas del mismo material, todas las miradas se posan en nosotros.

Sin embargo, los cuatro solo nos fijamos en Amber, la cual mira a un sitio en específico. Con rapidez seguimos su mirada y nos tensamos al notar a una persona avanzar hacia donde estamos.