Capítulo 25: Solo para Aclarar

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🩸Dominick🩸




~Día 415~




Acaricio la espalda de Amber con suavidad y ella no tarda en demostrar que le gusta, ya que se remueve en la cama y suelta un suspiro.

A pesar de que no ha estado con ninguno desde su cirugía, eso no la ha privado de dormir con nosotros los últimos dos días.

Obviamente, nos hemos turnado por horas, negándole a ella que esté con la niña en la noche, ya que se la pasa todo el día acompañándola. Así que, a partir de las nueve de la noche, hasta las siete de la mañana, dos de nosotros nos tomamos cinco horas, cada uno, para estar con Aitana.

Eso, sin duda, le ha hecho bien y en dos días que llevamos con ese mecanismo, su semblante ha mejorado mucho. Se la ve con más color en la cara y sus ojeras se han desvanecido lo suficiente para no llamar tanto la atención.

Los movimientos de mi mano siguen y cuando me detengo un segundo para mirar la hora, ella suelta un quejido de molestia.

—¿Por qué paraste? Se sentía bien —oigo que dice y enseguida regreso, pero no con mi mano, sino que me inclino un poco sobre ella, hasta dejar mi pecho levemente unido a su espalda.

—Buenos días, madrazos —murmuro en su oído —. ¿Cómo dormiste?

—Roncas demasiado —contesta y ahogo una risa.

—Bueno, pues, cuando duermo de lado, ronco, y el que te abrace toda la noche, me obliga a dormir de lado sí o sí, porque tú eres tan obstinada que no duermes en otra posición.

—En ese caso, también tienes la opción del piso para la próxima —gira el cuerpo y gracias a eso quedamos cara a cara.

El que ella no lleve brasier me hace mirar sus pechos poco cubiertos, de manera rápida. Sin embargo, enseguida regreso a sus ojos, que son una fascinación total.

Sus pupilas están dilatadas, cosa que no pasó desapercibida, pero, de todas formas, bajo a su boca para rozar nuestros labios.

—No me he lavado los dientes —murmura luego de apartar un poco el rostro.

—Es lo de menos, yo quiero un beso —intento alcanzar sus labios, cosa que me niega —. Dios Amber, bésame —pido al borde del desespero y escucho que ríe antes de acercarse a mi boca.

Recién ahí, cuando intensifica el beso, me siento completo.

Toco parte de su cuerpo, al mismo tiempo en que me endurezco y al final, sin planearlo, termino en medio de sus piernas.

—Aún no puedo —habla al separarse —. Son quince días los que debo esperar y apenas van ocho —toca mi cabello —. A pesar de que nuestro sistema se regenera un poco más rápido, no quieren que corra riesgos.

—Lo sé y nosotros también los vamos contando, aunque no lo parezca.

—De todas formas, no te das una idea de lo necesitada que estoy respecto a los orgasmos —sonrío de lado —. Antes tenía más de diez en veinticuatro horas y estos últimos días eso ha sido nulo.

—¿Le preguntas ayer a la doctora lo que le preguntaste a Isa y ella no te pudo responder?

—Sí, y básicamente dijo que lo que me afectaría sería la intensidad de los movimientos o rudeza del sexo —ladeo la cabeza —. No lo dijo así exactamente, pero te lo estoy resumiendo.

—Eso tiene más sentido.

—En fin —añade —. También menciono que evite tener relaciones sin condón durante aproximadamente dos meses luego de los quince días.

X - ENS: Las Cinco Bases © - Saga: X - ENS - Libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora