Capítulo 32: Recordando los Tiempos de Antes

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🩸Killian🩸




~Día 430~




Mi corazón palpita de una manera bastante acelerada, haciendo que logre sentir como los latidos retumban en todo mi cuerpo, una vez dejamos el túnel que nos abrió camino a la selva.

Es similar a cuando estás en una fiesta y la melodía pareciera meterse por tus venas.

El grupo de los uniformados se encuentra adelante y Conrad con Gerald detrás de ellos. Lo que nos deja a nosotros cinco al final.

—Muy bien equipo —oímos la voz de Jeison por el auricular, y por un momento me sobresalto, ya que no es algo que he experimentado antes —. El grupo A se encuentra a poco menos de dos kilómetros lejos de su ubicación. Caminen hacia el norte de manera tranquila. No hay presencia de muertos cerca de ustedes.

Lo que dice me hace baja el arma un poco, pero no me fio, puesto que conozco como es esto. Los caminantes siempre salen en el momento menos preciso.

—¿Estás tranquila? —pregunta Killian llegando a mi lado —. No me refiero a esto, sino respecto a Aitana.

—Ella es lo único por lo que debemos regresar vivos. Lo demás no me importa —lo observo directo a los ojos y la expresión de dulzura con la que me mira, me hace sentir completa —. No quiero que se quede sin uno de sus papás.

—Eso no pasará —me es inevitable no levantar las cejas —. De acuerdo, no pasará de nuevo.

—No quiero que rompas la promesa por segunda vez. Ni siquiera que a los chicos les pase lo que a ti te pasó —una rama algo elevada que sobresale del suelo aparece frente a mí y la evado —. Huele a mucho césped y humedad —observo a mi alrededor, maravillada por lo que nos rodea.

—¿En serio eso es una serpiente? —busco a Aquiles cuando habla —. Las que yo conozco son tres veces más pequeñas que esa.

—Es porque estás en la selva más grande del mundo, genio —le dice Gerald, pero lo ignoramos.

—¿No reacciona mal por pasar cerca de ella? —pregunta Sebastian.

—Esta especie es del tipo pasiva si no tiene hambre o no se la ataca —contesta Conrad, mientras pasamos cerca del animal —. A estas alturas, ya estuviera atacándonos y empezando a asfixiar a alguien para comérselo, pero al parecer no le apetece ninguno.

—Eso es una ofensa —murmura Dom y trato de no reír.

Continuamos el camino detrás de los uniformados y ellos a los minutos se detienen, haciendo que nosotros hagamos lo mismo.

—Necesito la atención de todos, por favor —oímos la voz del tipo que vestía igual que Jeison antes de salir de la base —. El grupo que los espera, nos acaba de indicar que se encontraron a seis caminantes que ya fueron exterminados. Eso reduce la suma —sujeto mi arma —. A varios metros de su ubicación detectamos a unos cuantos más y, ya que están cerca, necesito que les den de baja. Los guiaremos, así que continúen caminando en dirección al sur.

—¿Eso no nos aleja del grupo A? —pregunta Gerald, presionando el micrófono.

—Efectivamente, pero la prioridad es acabar con los muertos más cercanos y no queremos que se alejen más. Eso solo los pondría en peligro a ustedes.

X - ENS: Las Cinco Bases © - Saga: X - ENS - Libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora