Capítulo 18: Los Pensamientos Perdidos

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🩸Sebastian🩸




~Día 395~




Es cálida la sensación de percibir el cuerpo de Amber pegado al mío, mientras ella duerme.

Llevo alrededor de media hora despierto y con mi mano sobre su pierna, para evitar que se aleje, ya que lo ha intentado varias veces e incluso ha intentado tirarnos de la cama.

Aquiles está del otro lado, acostado, bocarriba con una mano sobre sus ojos y con medio cuerpo de la chica sobre el de él. A diferencia de mí, él tiene su mano libre cerca de los pechos de ella y al parecer no tiene planes de alejarla.

En un punto, ella se remueve un poco contra mi cuerpo y eso sin duda me hace suspirar por la fricción que provoca contra mi entrepierna.

De todas formas, me quedo quieto para y me concentro en darle un poco de atención a su cuello y hombro. Mi acto tiene efectos en su cuerpo y de reojo observó cómo sus pezones se endurecen a través de la blusa.

—Déjeme dormir, imbécil —dice molesta y adormilada.

—Yo no te lo estoy impidiendo —contesto y bufa —. ¿Acaso no puedo darle atención a la chica que tengo pegada a mí?

Murmura algo que no entiendo y solo disfruta de lo que hago.

—Oye —miro hacia adelante y noto a Aquiles ya despierto —. No me suelta y quiero moverme.

Al inicio no entiendo a que se refiere, pero cuando señala la pierna de Amber que lo tiene prisionero, río.

—Madrazos, necesito ir al baño —le dice y en segundos ella lo suelta.

Sin embargo, algo que no vemos venir es la chica lo empuje fuera de la cama, con el pie, y que Aquiles termine de culo en el suelo.

—Qué maldita loca —sisea él levantándose —. No te quejes luego si te hago algo.

—Aja —dice, con desinterés y gira el cuerpo para dejar nuestros torsos bastante cerca —. Te espero —añade, al mismo tiempo en que muerde mi pectoral izquierdo —. Necesito un orgasmo —murmura a la par en que aprieta mi miembro cubierto por la tela del bóxer —. ¿Me lo das?

—Con gusto, madrazos.

Hago que mi mano baje hasta que se cuela dentro de su short de tela y bragas.

Me tomo mi tiempo en rozarla y eso la enoja, pero cuando tengo planes de acariciarla veo como de reojo Aquiles levanta las manos en el aire. Lo observo y enseguida niega, para después señalarse.

Al instante dejo a Amber en su nube de sensaciones y ella no tarda en abrir los ojos para dedicarme una mirada molesta.

La cosa es que antes de que proteste, Aquiles hace que quede bocarriba en todo el centro de la cama y enseguida él queda a horcajadas sobre ella, pero sin sentarse sobre su cuerpo

—¡Qué mierda! ¡Suéltame! —trato de no reír.

—Te lo dije —hace que sus manos queden por sobre su cabeza y la acción provoca que la respiración de la chica se torne pesada —. ¿Por qué me tiraste?

X - ENS: Las Cinco Bases © - Saga: X - ENS - Libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora