Sus ojos cafés me miraban fijamente, aquellos ojos que solo había visto a travez de una pantalla. Sus sonrisa era aún más linda de lo que creí que iba a ser en persona. Ella era simplemente perfecta...
>> Historia 100% mía, cualquier copia o adaptac...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Daniela
– Wey, no mames, vienes bien preciosota.– Rivers tomó una de mis manos he hizo que girara sobre mis talones.
– No digas babosadas.– Reí a la par que me sonrojaba por su comentario.
Estábamos en la recepción del hotel en el cual todos nos hospedamos, conocía a algunos y a otros no los ubicaba.
Esperábamos a las camionetas que vendría por nosotros para llevarnos al evento, Valdo y Aldo habían esperado unas cosas en su habitación, así que también los estábamos esperando.
– No mames Spreen, ¿esas mamadas que?.– Pude escuchar a mis espaldas a Valdo.
– Si wey, ¿Cómo que no has comido unos pinches takis todos marranos con un vergo de cosas?.–
– No boludos, que no escucharon que apenas llegue ayer.– Su voz me sonaba tan familiar, pero como charlaba con Ari, no me permití voltear.
– Dios, estoy muy nerviosa.– Movió sus manos frente a ella, sacudiendo sus nervios.
– Ari tranquila, estás hermosa, todo saldrá súper bien.– Ama le trató de dar ánimos.
– Ama tiene razón Ari, estas que te caes de bonita, todo saldrá bien. Nadie se concentrará mucho en algún error que suceda, es más la emoción de vernos a muchos creadores de contenido reunidos.– Le brindé una sonrisa en busca de darle calma.
– Si, tienen razón chicas.– Ari nos sonrió, pero sus ojos de estar en mi, se desviaron un poco, mirando por tras mío.– Spreen, hace mucho no hablábamos. ¿Cómo estás?.–
– Ari, hola, bien bien, un poco cansado del viaje, pero bien.– Soltó una carcajada.
Camino a nuestro pequeño grupo de Ari, Rivers, Ama y yo, poniéndose justo entre Ama y yo.
¿Porqué se me hacía tan familiar?.
– ¿Y vos?.–
– Bien, bien, igual un poco cansada, pero más nerviosa.–
– Me alegra, me enteré que ayudarás en la alfombra.–
– Si, no es la primera vez que lo hago pero aún así los nervios están. ¿Y Carre?–
– Está en el baño, el wey se estaba miando y prefirió ir antes de irnos.– Dijo Mariana uniéndose a la platica.
Sonreí en señal de no saber quién era aquel chico, aunque raramente se me hacían tan familiar.
– Ay, si es cierto, Spreen, Dani; Dani, Spreen.– Presentó rápidamente Rivers al verme.
– Un gusto.– Con una sonrisa me ofreció su mano para estrecharla,
