Capitulo 31

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Jimin

Taehyung : ¿Está bien Yoongi?

Jimin: Sí. Un par de dedos rotos. Necesitará de 6 a 8 semanas para curarse. Así que será una perra gruñona extra en el futuro inmediato.

Taehyung : Podría haber sido peor. Daesoo está dormido. Todo bien aquí.

Jimin: Oye, Tae, ¿ha respondido Hyejoo a alguno de tus mensajes?

Taehyung : No. Sigo enviándolos de todos modos. Sé que los lee. ¿Por qué?

Jimin: Porque es nuestra doctora esta noche.

Taehyung : ¿Cómo se ve?

Jimin: Triste.

***

―Hyejoo ―susurro mientras la sigo por el pasillo beige con una raya verde al azar en medio de la pared. ¿Por qué demonios hacen eso los hospitales?
No los hace más atractivos―. Hyejoo, para.

Taehyung lleva un año intentando ponerse en contacto con ella, pero se le cierra el grifo a cada paso. No me iré de este hospital antes de hablar con ella.

Da la vuelta a la esquina y se detiene en un pequeño rincón donde hay un par de máquinas expendedoras.

―¿Qué? ―suelta con desprecio, la nariz levantada mientras se mira las uñas.

Conozco a Hyejoo desde que éramos adolescentes. Cuando Taehyung estaba en el hospital, pasamos algún tiempo juntos. Hyejoo no es tan mala como la pintan. Le han repartido una mano de mierda.

Una que el dinero y la educación no pueden deshacer. Lo que le falta a Hyejoo es amor.

La miro fijamente, con la respiración más agitada que la distancia que acabo de recorrer.

―Solo quiero darte un abrazo ―le digo.

Sus largas pestañas parpadean lentamente, y se ve obligada a mirame.

―¿Un abrazo?

Ahora me doy cuenta de lo tosca que parece. Demasiado delgada. Demasiado cansada.

―Sí, chica. ―Abro los brazos―. Trae tu escuálido trasero aquí.

Desvía la mirada un momento, como si la bolsa de palitos de nogal de la máquina expendedora le interesara mucho. Luego baja los hombros y, sin mirarme a los ojos, se echa a mis brazos.

Es increíble cómo los adultos que te rodean pueden joderlo todo. Eso es lo que pasó con Taehyung y Hyejoo, y yo estaba allí para verlo todo.

También estaba allí en el hospital, sentado junto a la cama de Taehyung, cuando Hyejoo se escapaba de casa para estar también con él. Pero sólo si Taehyung estaba durmiendo. Es un secreto tácito que Hyejoo y yo hemos guardado durante años.

Todos piensan que a Hyejoo no le importaba, pero yo sé que no es así.
Quiere a su hermano pequeño, aunque su madre le haya hecho sentir que no debería. Aunque no sepa cómo demostrarlo.

Su padre, Kim Guwon, no es perfecto, pero tampoco es la encarnación del mal como la madre de Hyejoo.

Pienso en Daesoo, y en lo diferente que podría haber sido su vida si Yoongi y Sunno hubieran seguido juntos y hubieran sido desgraciados.

Podría haber sido estos chicos.

―¿Cómo es la vida? ―susurro, y ella no me suelta. De hecho, sus dedos se enroscan en mi chaqueta vaquera y me agarran como si fuera su único salvavidas en un barco que se hunde.

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