03. Feromonas

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Los rumores de los nobles y gente de gran influencia circulan muy rápido.

¿La familia Bogdanov estaba arreglando un matrimonio con un Omega?

Ni el último hijo de la familia lo creía, su padre, aquel hombre que gustaba de secuestrar omegas y luego hacerlos trabajar en burdeles como esclavos sexuales, muchos entraban y pocos salían con vida de esos lugares.

Ese Omega debía tener algo especial o pertenecer a una gran familia para recibir ese trato. Es por eso que ganado por la curiosidad, sin dudar  emprendió un viaje de imprevisto a la mansión de su familia.

Desde que llegó notó que habían más guardias de lo normal en los alrededores, estacionó su auto y sus agudos instintos le decía que alguien lo miraba, encontrando rápido a un chico que lo miraba desde la ventana en habitación de invitados y se escondió.

— Parece una ardilla — murmuró con una sonrisa mientras los sirvientes huían de su presencia y los guardias mostraban respeto.

— Maestro — una beta se le acercó — su padre y hermanos estarán en una reunión privada en unos minutos, sin embargo su acceso a la reunión esta restringido —

Una sonrisa ladina se formó en sus labios — ¿Mi padre se los ordenó? — la chica asintió — Bien, les daré unos minutos... Pero a cambio necesito diversión —

La chica suspiro y lo llevo a una habitación previamente preparada, muy pocas veces el hijo menor de los Bogdanov llegaba a la mansión, muchas veces para arruinar contratos de su padre o para molestar a sus hermanos.

El señor Vissarion decidió tener una habitación para la "diversión" de su hijo menor y no lo moleste por unos minutos u horas de ser posible.

— ¿Ja? Sabían que vendría al parecer — sonrió con arrogancia al ver la habitación con al menos unos veinte omegas femeninos y masculinos a los que claramente les habían inducido su celo.

Usualmente prefería a las mujeres alfas, tenían mayor resistencia y sus feromonas no eran empalagosas como la de los omegas.

Pero debía admitir que debes en cuando se dejaba seducir por el aroma a deseo que estos soltaban.

Apenas ingreso los omegas se colocaron a sus pies, buscando su afecto, caricias y seguridad.

Pero tantos aromas dulces lo incomodaban; caramelo, cereza, fresa, coco, piña...

Su cuerpo respondía a las feromonas de la habitación, pero como siempre su lobo gruñía de disgusto total.

Entonces a lo lejos escucho una voz que nunca había escuchado.

—Siento que nos llevan hacia alguien aterrador —

Una frase que capto bien no por curiosidad, presto atención porque su lobo le prestó atención.

Dejando de lado a los omegas e ignorando todo a su alrededor salió de la habitación, a unas habitaciones de dónde estaba vio que ingreso el chico que vio en la ventana y su cuerpo se movió.

Sentía dos aromas de omegas nuevos en el aire, pero solo uno llamo su atención.

No era dulce, bueno, tenía un toque dulce.

Chocolate amargo y menta

Dos aromas que no sabía que podían saber tan bien y provenían de una habitación, sin importarle que el guardia lo apuntaran, abrió la puerta y el chico dentro se sobresalto del susto.

Indomable [ZhenTaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora